06/05/2024

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Martes 9 de mayo, la Unión Europea celebra el Día de Europa

El 9 de mayo, la Unión Europea celebrará el Día de Europa 2023, un momento para conmemorar la Declaración Schuman, de 9 de mayo de 1950. Para conmemorar este especial acontecimiento, las instituciones de la UE, incluidas las delegaciones y las representaciones de la Unión en todo el mundo, organizarán una amplia gama de actividades, tanto en línea como in situ, que brindarán a los ciudadanos la oportunidad de descubrir y experimentar la Unión Europea.

Este mes de mayo, en el Día de Europa, los ciudadanos, juntos, podrán saber más detalles sobre cómo apoya la UE la paz, la seguridad y la democracia mediante su determinación ante la guerra de agresión rusa contra Ucrania y ante otros conflictos en todo el mundo. El Día de Europa 2023 también permitirá a los visitantes familiarizarse en mayor grado con los esfuerzos de la UE por construir una Europa ecológica, digital y competitiva, justa y cualificada, así como fuerte, resiliente y segura. Este año, se hará especial hincapié en el Año Europeo de las Competencias 2023, que comenzará el 9 de mayo.

El Día de Europa, las instituciones de la UE organizarán, en torno a esta jornada, una amplia gama de actividades interactivas en sus respectivas ubicaciones en los 27 Estados miembros de la UE y en todo el mundo.

Los ciudadanos de la UE podrán familiarizarse con las instituciones de la UE en Bruselas, Luxemburgo y Estrasburgo

  • Sábado 6 de mayo: en Bruselas, los ciudadanos podrán visitar las instituciones de la UE.  Puede encontrar más información sobre el programa de actividades aquí.
  • Martes 9 de mayo:  en la ciudad de Luxemburgo, los ciudadanos de la UE podrán visitar el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, así como el evento European village, creado por la representación de la Comisión junto con las autoridades nacionales, las embajadas de los Estados miembros, las instituciones de la UE con sede en Luxemburgo y la sociedad civil. Encontrará más información en el siguiente enlace.
  • Sábado 13 de mayo: los ciudadanos podrán visitar el Parlamento Europeo en Estrasburgo y ver la sede del mayor organismo democrático de Europa. Podrá encontrar más detalles en estas páginas.

El 9 de mayo, la UE también acogerá el Festival del Año Europeo de las Competencias. El festival enlazará con muchas otras actividades que sitúan las competencias en el foco de atención en distintos puntos de Europa. En el sitio web específico de la Estrategia de la UE para la Juventud se puede encontrar más información sobre el Año Europeo de las Competencias, así como más detalles sobre las actividades locales en toda Europa.

En los 27 Estados miembros de la UE y en todo el mundo, las instituciones de la UE, junto con sus socios y sus redes, celebrarán el Día de Europa a través de una serie de actividades atractivas, informativas y de entretenimiento. Las Representaciones de la Comisión Europea, en estrecha cooperación con las oficinas de enlace del Parlamento Europeo, los Centros Europe Direct y otros socios nacionales y regionales, han planificado diversas acciones para celebrar esta jornada, como actividades de entretenimiento y concursos, festivales, actividades deportivas, actos culturales y debates, pero también actividades de visibilidad y campañas en las redes sociales.

Además, las delegaciones de la UE marcarán el Día de Europa en todo el mundo y destacarán la unidad y la solidaridad europeas.

Para más información sobre las actividades del Día de Europa 2023, visite  https://europeday.europa.eu/index_es

Declaración de Schuman (mayo de 1950)

Robert Schuman, Ministro francés de Asuntos Exteriores, pronunció la Declaración que lleva su nombre el 9 de mayo de 1950. En ella proponía la creación de una Comunidad Europea del Carbón y del Acero cuyos miembros pondrían en común la producción de carbón y de acero.

La CECA (formada en su origen por Francia, Alemania Occidental, Italia, los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo) fue la primera de una serie de instituciones supranacionales que se convertirían en lo que es hoy la Unión Europea.

Contexto histórico

En 1950, cinco años después de finalizar la Segunda Guerra Mundial, las naciones europeas todavía estaban luchando para superar sus estragos. Los gobiernos europeos, decididos a evitar otra terrible contienda, llegaron a la conclusión de que, poniendo en común la producción de carbón y acero, la guerra entre Francia y Alemania, rivales históricos, resultaría —en los términos de la declaración— «no sólo impensable, sino materialmente imposible». Se pensó, acertadamente, que la fusión de los intereses económicos contribuiría a aumentar el nivel de vida y constituiría el primer paso hacia una Europa más unida. La adhesión a la CECA estaba abierta a otros países.

Citas clave

  • «La paz mundial no puede salvaguardarse sin unos esfuerzos creadores equiparables a los peligros que la amenazan.»
  • «Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho.»
  • «La puesta en común de las producciones de carbón y de acero (…) cambiará el destino de esas regiones, que durante tanto tiempo se han dedicado a la fabricación de armas, de las que ellas mismas han sido las primeras víctimas.»

Texto íntegro

La paz mundial no puede salvaguardarse sin unos esfuerzos creadores equiparables a los peligros que la amenazan.

La contribución que una Europa organizada y viva puede aportar a la civilización es indispensable para el mantenimiento de unas relaciones pacíficas. Francia, defensora desde hace más de veinte años de una Europa unida, ha tenido siempre como objetivo esencial servir a la paz. Europa no se construyó y hubo la guerra.

Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho. La agrupación de las naciones europeas exige que la oposición secular entre Francia y Alemania quede superada, por lo que la acción emprendida debe afectar en primer lugar a Francia y Alemania.

Con este fin, el Gobierno francés propone actuar de inmediato sobre un punto limitado, pero decisivo.

El Gobierno francés propone que se someta el conjunto de la producción franco-alemana de carbón y de acero a una Alta Autoridad común, en una organización abierta a los demás países de Europa.

La puesta en común de las producciones de carbón y de acero garantizará inmediatamente la creación de bases comunes de desarrollo económico, primera etapa de la federación europea, y cambiará el destino de esas regiones, que durante tanto tiempo se han dedicado a la fabricación de armas, de las que ellas mismas han sido las primeras víctimas.

La solidaridad de producción que así se cree pondrá de manifiesto que cualquier guerra entre Francia y Alemania no sólo resulta impensable, sino materialmente imposible. La creación de esa potente unidad de producción, abierta a todos los países que deseen participar en ella, proporcionará a todos los países a los que agrupe los elementos fundamentales de la producción industrial en las mismas condiciones y sentará los cimientos reales de su unificación económica.

Dicha producción se ofrecerá a todo el mundo sin distinción ni exclusión, para contribuir al aumento del nivel de vida y al progreso de las obras de paz. Europa podrá, con mayores medios, proseguir la realización de una de sus tareas esenciales: el desarrollo del continente africano. De este modo, se llevará a cabo la fusión de intereses indispensables para la creación de una comunidad económica y se introducirá el fermento de una comunidad más amplia y más profunda entre países que durante tanto tiempo se han enfrentado en divisiones sangrientas.

Mediante la puesta en común de las producciones básicas y la creación de una Alta Autoridad de nuevo cuño, cuyas decisiones obligarán a Francia, Alemania y los países que se adhieran, esta propuesta sentará las primeras bases concretas de una federación europea indispensable para la preservación de la paz. Para proseguir la realización de tales objetivos, el Gobierno francés está dispuesto a iniciar negociaciones según las siguientes bases.

La misión encomendada a la Alta Autoridad común consistirá en garantizar, en el plazo más breve posible, la modernización de la producción y la mejora de su calidad; el suministro, en condiciones idénticas, del carbón y del acero en el mercado francés y en el mercado alemán, así como en los de los países adherentes; el desarrollo de la exportación común hacia los demás países; la equiparación y mejora de las condiciones de vida de los trabajadores de esas industrias.

Para alcanzar estos objetivos a partir de las dispares condiciones en que se encuentran actualmente las producciones de los países adherentes, deberán aplicarse con carácter transitorio determinadas disposiciones que establezcan la aplicación de un plan de producción y de inversiones, la creación de mecanismos de estabilidad de los precios y la creación de un fondo de reconversión que facilite la racionalización de la producción. La circulación del carbón y del acero entre los países adherentes quedará liberada inmediatamente de cualquier derecho de aduanas y no podrá verse afectada por tarifas de transporte diferenciales. Progresivamente se irán estableciendo las condiciones que garanticen espontáneamente una distribución más racional de la producción y el nivel de productividad más elevado.

La organización proyectada, al contrario que un cártel internacional tendente a la distribución y a la explotación de los mercados mediante prácticas restrictivas y el mantenimiento de grandes beneficios, garantizará la fusión de los mercados y la expansión de la producción.

Los principios y compromisos esenciales anteriormente expuestos serán objeto de un tratado firmado entre los Estados. Las negociaciones indispensables para precisar las normas de aplicación se llevarán a cabo con ayuda de un árbitro designado de común acuerdo, cuya misión consistirá en velar por que los acuerdos se ajusten a los principios y, en caso de desacuerdo insalvable, decidirá la solución que deba adoptarse.

La Alta Autoridad común, encargada del funcionamiento de todo el sistema, estará compuesta por personalidades independientes designadas sobre bases paritarias por los Gobiernos, quienes elegirán de común acuerdo un presidente. Las decisiones de la Alta Autoridad serán ejecutivas en Francia, en Alemania y en los demás países adherentes. Se adoptarán las disposiciones adecuadas para garantizar las vías de recurso necesarias contra las decisiones de la Alta Autoridad.

Un representante de las Naciones Unidas ante dicha autoridad se encargará de hacer, dos veces al año, un informe público a la ONU sobre el funcionamiento del nuevo organismo, en particular por lo que se refiere a la salvaguardia de sus fines pacíficos. La creación de la Alta Autoridad no prejuzga en absoluto el régimen de propiedad de las empresas. En el ejercicio de su misión, la Alta Autoridad común tendrá en cuenta las facultades otorgadas a la autoridad internacional del Ruhr y las obligaciones de todo tipo impuestas a Alemania, mientras éstas subsistan.

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