04/11/2024

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Un arma blanca visigoda llega al MUPAC

El Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC) incorpora una excepcional pieza de época visigoda a su colección. Se trata de un arma blanca de un solo filo, conocida como ‘scram’, ‘seax’ o ‘scramasax’, típica de la época visigoda (siglos VI-VIII) y de la que se conocen muy pocos ejemplares en la Península Ibérica.

La pieza fue localizada en un monte del sur de Cantabria por un vecino de la zona, Ángel García Aguayo, aflorando parcialmente en un pequeño argayo. Siguiendo de manera ejemplar las disposiciones relativas a los hallazgos casuales de la Ley de Patrimonio Cultural de Cantabria, García Aguayo ha comunicado el descubrimiento y entregado la pieza metálica al museo por mediación del arqueólogo José Ángel Hierro Gárate, buen conocedor del registro arqueológico regional de época visigoda.

Se desconoce por el momento si se trata de un hallazgo descontextualizado, ya que no se dispone de dato alguno que permita determinar si el objeto se asocia a algún tipo de estructura de habitación o funeraria. Pendiente una investigación sobre el terreno, la información proporcionada por el hallador hace posible descartar, en principio, que proceda de un contexto sepulcral.

Se trata de la primera arma de este tipo recuperada en Cantabria. Con esta incorporación a sus fondos, el MUPAC aumenta su sobresaliente colección de materiales de época visigoda. Se trata de un periodo no muy conocido para el público y del cual el museo cuenta con objetos de gran relevancia, sobre todo los relacionados con el adorno personal, como los anillos y los broches de cinturón. Esta nueva pieza que se va a exponer en el museo contribuirá sin duda a incrementar el interés ciudadano por el conocimiento de la época visigoda en la Región.

Arma en buen estado de conservación

El ‘scramasax’, que presenta un muy buen estado de conservación, es de hierro y mide 43,5 cm de longitud, de los que 37 corresponden a la hoja y el resto a la espiga de enmangue, que conserva un remache para la sujeción de las cachas de la empuñadura, probablemente de madera y hoy perdidas. La anchura de la hoja oscila entre los 3 y los 3,5 centímetros y cerca de la punta presenta dos grandes melladuras en el filo, con toda probabilidad producidas al dar sendos tajos con el arma sobre una superficie estrecha y dura, quizás otra arma o el borde de un escudo.

Al contrario de lo que sucede al norte de los Pirineos, donde están ampliamente representados en el registro arqueológico, este tipo de machetes son raros en la arqueología peninsular de época visigoda. Esa diferencia se explica por las distintas costumbres funerarias en uso en aquellos siglos (VI-VIII d. de C.), ya que mientras en el territorio del reino visigodo de Toledo los enterramientos con armas constituían una excepción, en las zonas de Europa bajo control franco, sajón, burgundio o lombardo estos eran la norma para una parte de la población, habiéndose recuperado en sus cementerios centenares de objetos de este tipo. De hecho, algunos de los mejores paralelos que existen para el que acaba de ingresar en el MVPAC proceden de tumbas de necrópolis merovingias del norte de Francia.

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