El coronavirus se ha cobrado la vida en Cantabria de 182 personas, hay más de 1.000 casos activos a fecha 25 de abril, y esta imagen del viernes 24 de abril en el Mercado de la Esperanza de Santander, es improcedente. Varias personas comprando sin guardar distancias, sin mascarillas, sin guantes y al lado de los alimentos. Esta actitud social no es acorde a lo que indica un confinamiento de la ciudadanía para entre todos superar los efectos letales del coronavirus. Efectos letales que en Cantabria el conjunto de la ciudadanía está tratanto de superar poco a poco.
Deberán las autoridades marcar pautas en un mercado público de las características del anexo al Ayuntamiento de Santander, pero el ciudadano debe asumir una actitud de distancia, una actitud que permita una convivencia social acorde a las circunstancias. No tiene una administración que situar una vigilancia policial en lo más extenso de su territorio. Se apela al sentido común.
El Ayuntamiento de Santander ha puesto en marcha este viernes 24 un turno extra de seguridad privada en el Mercado de la Esperanza que se reforzará con presencia de la Policía Local para «garantizar la seguridad lo máximo posible», ya que «en momentos concretos se aprecia una relajación de la distancia social» decretada con el estado de alarma por el coronavirus.
«La configuración de los mercados es en algunos puntos limitada y es necesario reforzar el mensaje y las medidas de seguridad«, indica la concejal de Turismo y Mercado, Miriam Díaz, y pide «sentido común a todas esas personas que salen de sus casas para hacer recados de máxima necesidad» para que los comercios y mercados de la ciudad «no se conviertan en el punto de encuentro entre vecinos«.
Esta decisión municipal no debiera de haberse producido si la ciudadanía tiene una actitud cívica y social ante un virus letal, y letal en su máxima expresión. La administración invierte dinero público en una vigilancia para evitar que comprar se convierta en un punto de encuentro.
El Ayuntamiento de Santander, como el resto de los más de 8.000 ayuntamientos de España, el Gobierno de Cantabria como el resto de los gobiernos autómicos y el Gobierno de España hacen números para ayudar en la crisis económica con la que convivimos y los recursos han de destinarlos a lo necesario, no a lo que provocan actitudes nada solidarias.
Desde la sinceridad, tiempo habrá de un encuentro masivo, pero ahora no. No más funerales, no más despedidas que no estaban en ninguna agenda ni calendario, y no más heridos en los hospitales.