17/05/2024

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Santo Toribio de Liébana, Lignum Crucis, Beato y Camino Lebaniego

Pruebas científicas realizadas en 1958, verificaron que la madera del Santo Leño es un Cupressus Sempervirens L, una variedad de ciprés autóctona de Palestina y con una antigüedad superior a los 2.000 años

MONASTERIO DE SANTO TORIBIO DE LIÉBANA 

En el corazón de la comarca de Liébana, escondido entre los pliegues del monte de la Viorna, hallamos este lugar escogido por Toribio de Palencia y unos pocos monjes ( S VI) para vivir entregados a la oración y la vida comunitaria bajo la guía de un Abad. Tras la invasión árabe, el Rey Alfonso I pobló y organizó el territorio de Liébana con cristianos de la Meseta, para crear un vacío estratégico como frontera frente a los árabes. Entre ellos vinieron monjes que se instalaron en numerosos lugares de la comarca, fundando monasterios como el de San Martin de Turieno, que andando el tiempo se convertiría en Santo Toribio de Liébana.

La vida transcurre tranquila en este monasterio hasta que en el s VIII, el Abad Beato, dotado de cultura excepcional, escribió el “Comentario al Apocalipsis” (año 776) obra que alcanzó gran difusión, dando origen a lo que conocemos como  “Beatos de Liébana” que son las copias diferentes dentro del mundo monástico ( s IX a XIII, puede haberlos también de S. XVI)  de este códice. Al igual que San Juan en el Apocalipsis, la tesis que quiere difundir San Beato es que el Cordero vencerá a la Bestia: Cristo resucitado prevalecerá sobre el mal. Corre el siglo IX cuando  los cristianos de Astorga, a fin de proteger la reliquia del Lignun Crucis (Leño de la Cruz) del avance árabe en la península,  la traen a  este pequeño monasterio, reliquia que según la tradición fue traída de Jerusalén por el  primer obispo de Astorga a este monasterio conocido en aquel entonces como Monasterio de San Martín de Turieno  (s V).

Esto convirtió al monasterio en un importante centro de peregrinaciones, lo que hizo que el Papa Julio II en 1512, concediese a este lugar el privilegio del Año Santo cada vez que el 16 de abril, festividad de Santo Toribio, coincidiera con domingo.
A  lo largo de los siglos, el monasterio de Santo Toribio de Liébana estuvo habitado por monjes benedictinos.  A causa de la Exclaustración de Mendizábal (1834),  la comunidad desaparece  y hay que esperar al año 1961, en el que vienen a habitarlo una pequeña fraternidad de frailes franciscanos herederos de San Francisco de Asís.

LIGNUM CRUCIS  (Leño de la Cruz)



En el baldaquino situado en el centro de la capilla, se venera el Lignum Crucis; Dios hecho hombre fue crucificado dando su vida por cada uno de nosotros. La reliquia llegó al Monasterio al mismo tiempo que los restos de Santo Toribio, alrededor del siglo VIII, a fin de protegerla del avance árabe en la península. Fue traída  de Astorga a donde llegó a su vez en el siglo VI desde Roma de manos de Santo Toribio, primer obispo de Astorga. Según el P. Sandoval, cronista de la orden benedictina, esta reliquia corresponde al “brazo izquierdo de la Santa Cruz, que la Reyna Elena (madre del emperador Constantino, en el siglo IV) dejó en Jerusalén cuando descubrió las cruces de Cristo y los ladrones. Está aserrado y puesto en modo de Cruz, quedando entero el agujero sagrado donde clavaron la mano de Cristo”.

La reliquia del Leño de la  Cruz se encuentra incrustada en un relicario en forma de  cruz en plata dorada, de estilo gótico, realizado en un taller vallisoletano en 1679. Las medidas del Leño Santo son de 63 cm el palo vertical y 39 cm el travesaño, con un grosor de 3’8 cm siendo la reliquia más grande conservada de la Cruz de Cristo. Pruebas científicas realizadas en 1958, verificaron que la madera del Santo Leño es un Cupressus Sempervirens L, una variedad de ciprés autóctona de Palestina y con una antigüedad superior a los 2.000 años. Estamos frente al misterio de la cruz. La “Gloria” que para nosotros es fuerza y seguridad, en Jesús crucificado aparece bajo la forma de la fealdad, debilidad, pobreza, deshonra… Es el amor indefenso ante el que se vuelve el rostro, pero tiene toda la fuerza del amor que se abaja y que decide cargar con el pecado del agresor.

BEATO DE LIÉBANA

Del desarrollo religioso y cultural de nuestro monasterio nos da idea la figura de Beato, monje de mediados del siglo VIII, que en el año 776, escribió el libro titulado “Comentario al Apocalipsis”, para explicar el hermético texto de San Juan. Para su redacción Beato se basó en las obras de los Santos Padres, lo que nos indica la gran biblioteca que debía poseer este monasterio. Ha pasado a la Historia del Arte porque en las diferentes copias que se hacen en otros monasterios de este Códice, comenzaron a incluirse miniaturas cuya temática y técnica fueron fundamentales para la evolución de la pintura y la escultura mozárabe y románica. Con el tiempo los diferentes códices, han tomado el nombre del autor del “Comentario”, es lo que conocemos como los “Beatos de Liébana”. Han llegado hasta nosotros 24 de estos códices miniaturizados. No se conoce el paradero del Códice que Beato escribió aquí y en este monasterio no conservamos ningún beato. En el claustro encontrarás una exposición de láminas ilustradas de los beatos más representativos.

De otra parte Beato compuso  el himno «O Dei Verbum», para la festividad de Santiago en la liturgia mozárabe, cuya alabanza del Apóstol supuso el inicio del culto a Santiago como patrón de España y propiciando el descubrimiento del sepulcro de Santiago. Beato tuvo protagonismo en las controversias teológicas del siglo VIII  defendiendo la ortodoxia católica frente a la herejía que afirmaba que Cristo era solamente hijo «adoptivo» de Dios. En el proceso se vio implicado el propio emperador Carlomagno, que convocó un Concilio en Ratisbona, en el cual se ratificaron las posturas de Beato frente a la herejía. De igual modo participó activamente en la vida pública de este momento de la historia en que se configura el reino de los Astures.

CAMINO LEBANIEGO

Más de 500 años de peregrinación a Santo Toribio de Liébana, más de 500 años de Camino Lebaniego. A partir del siglo IX que se encuentra en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, la reliquia del Lignun Crucis, Leño de la Cruz, van a ser muchos los peregrinos que en su ruta a Santiago, se van a desviar para venerar el trozo de la cruz de Cristo, y pedirle buenaventura para el Camino. Tantos van a pasar por aquí que en el siglo XVI el Papa Julio II le otorga la categoría de Año Jubilar cuando el  16 de abril, festividad de Santo Toribio, coincida con domingo.

Santo Toribio de Liébana es uno de los cuatro lugares Santos de peregrinación perpetua de la Iglesia, aumentados a tres más en la actualidad. Los peregrinos que hacen este Camino, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, se llaman CRUCENOS por ser peregrinos de la Cruz. La peregrinación  se puede hacer desde el  Camino de Santiago por el  Norte (camino de la Costa), o del Francés (camino de la Meseta), pues la comarca Lebaniega está  entre los dos. Si se viene desde San Vicente de la Barquera, aproximadamente en unos 70 kilómetros, se atravesarán pequeños pueblecitos y zonas de montaña de gran belleza. Es duro y conviene ir preparado.

La llegada al Monasterio tiene una subida de unos 3 kilómetros desde Potes, hechos los cuales los peregrinos recobran la emoción con la cálida acogida que se dispensa desde el convento, sellando sus credenciales, y entregándoles el diploma del peregrino: LA LEBANIEGA, firmada y sellada por la Fraternidad Franciscana.
Durante el pasado año Jubilar 2017, más de medio millón de peregrinos llegaron de todos los rincones del Planeta, y entrando por la Puerta del Perdón, obtuvieron la Indulgencia Plenaria que la Iglesia reserva para esta efeméride. Te esperamos en 2023 que celebraremos el próximo Año Jubilar.
Permítenos referirte un material de lectura sencillo y profundo para el camino:
SABIDURÍA DE UN POBRE, Éloi Leclerc; Ed Encuentro; Madrid 2009
PEREGRINAR POR FUERA Y POR DENTRO. Guía interior para peregrinos y caminantes, Jose M Rodrígues Olaizola; SJ; Sal Terrae; Santander 2009
• ANTE TI SEÑOR. Orar cada día; Edic Arantzazu; Vitoria-Gasteiz 2013
• Y … por qué no los hacer una lectura continua de UNO DE LOS EVANGELIOS?

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