El domingo 15 de marzo irrumpieron en la pequeña pantalla de los domicilios de todos los españoles el Ministro de Sanidad, Salvador Illa; la ministra de Defensa, Margarita Robles; el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; y el ministro de Transportes y Movilidad Urbana, José Luis Ábalos. Junto a ellos, es un escenario que ya se ha convertido en cercano, habitual y con el que llevamos de convivencia social y sanitaria más de 50 días, estaban sus primeros espadas. Esas personas que llevan el peso de un ministerio, y que muy raras veces están en una primera línea mediática, sino que su primera línea es la ‘Maginot’.
En Interior, José Ángel González, Comisiario Jefe y director adjunto operativo de la Policía Nacional; junto Laurentino Ceña teniente general y director adjunto operativo de la Guardia Civil; en Defensa, el general Miguel Ángel Villarroya, jefe de Estado Mayor de la Defensa; en Transportes y Movilidad Urbana, María José Rallo, Secretaria de Estado de Transporte, ingeniera de Caminos Canales y Puertos, además de economista; y en Sanidad Fernando Simón, epidemiólogo y director desde 2012 del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad.
La obligada estancia de los españoles en sus hogares por los efectos letales del coronavirus ha cambiado más esquemas sociales, políticos, empresariales, mediáticos y sanitarios de los que pocos nadie podíamos imaginar. La suma de penitencia en confinamiento en un cierre obligatorio por el bien de nuestra salud supera los 50 días. Estamos viviendo una apertura, la entrada a lo que se denomina ‘Nueva Normalidad’, y que nos debe asumir en conciencia que el virus no se ha ido, está ahí. Nos vigila, nos intuye y hasta nos huele. En estos más de 50 días nos han ido contando desde ese escenario de La Moncloa cuál es el itinerario del virus. Su letalidad diaria en nuestras vidas. Se nos han ido familiares, amigos. Se nos ido sin una despedida. No sabemos qué han pensado, nunca sabremos qué nos querían decir, ni el aliento de un adiós. Simplemente se han dido y nunca volverán. Y nos han dejado por ese virus invasivo.
Nosotros debemos superarlo, ganar esta batalla y apoyarnos entre nosotros para salir de esta pandemia. Pasados estos más de 50 días, se hace preciso expresar un agradecimiento por ayudar de forma diaria a la ciudadanía española. Por ayudar en tres vertientes fundamentales:
1.- Desde ese atril social de Moncloa se emite información veraz, información de profesionales de los ministerios sobre los que recace el mayor peso específico desde la fecha del 14 de marzo.
2.- La firmeza presencial demostrada por todos y cada uno de los ministros y ministras que dan la cara diariamente. Y dan la cara además afrontando en vivo y en directo las preguntas de los periodistas con el riesgo y el rigor del directo. Profesionalidad de esos primeros espadas, como la que demostró el jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, el general José Manuel Santiago, que para quienes seguimos de forma diaria las intervenciones sin perder un ápice, le entendimos perfectamente. O el doctor Fernando Simón, que tiene ese reconocimiento por informar como se debe en una situación y en un entorno social como el actual.
3.- A la Secretaría de Estado Comunicación. Han permitido que más 250 informadores de todo tipo de medios de comunicación nacionales, locales, autonómicos e internacionales formulen sus preguntas en directo. Entran en los hogares de los españoles con preguntas, dudas y razonamientos y crean veracidad y ayudan al ciudadano. Y ayudan a tener confianza en la información veraz, no en los bulos. Se ha elevado así además la libertad de expresión a la enésima potencia.
Por todo ello, gracias por abrir el Palacio de la Moncloa a toda España, por permitir la entrada de la información en los hogares de todos los españoles y con fuerza y energía positiva, entre todos saldremos adelante y ganaremos al virus.