Javier Puente (PP): Menos economía social-populista y más libertad para generar empleo en Cantabria

Conocíamos estos días que Cantabria se queda otra vez fuera de la red ferroviaria que opta a los fondos UE del Corredor Atlántico. Por otro lado vemos como en nuestras comunidades vecinas, además de no quedarse fuera, consiguen el centro logístico de Amazon, Asturias, o el campus tecnológico de Telefónica y el centro europeo de Inteligencia Artificial, País Vasco.

Y mientras en Cantabria las promesas de grandes empresas que vienen a instalarse en Cantabria o a explotar minas de zinc maravillosas terminan evaporándose como la bruma mañanera. Toda una visión de la economía estatalista, donde las autoridades políticas deciden cuáles son las industrias del futuro.

Antes que político, soy ingeniero de Telecomunicaciones, con experiencia en la empresa privada. Y puedo asegurar que no me siento capacitado para decidir cuáles serán las grandes empresas del futuro en Cantabria. Gracias al contacto con los empresarios y emprendedores de la zona sí puedo colaborar con ellos en definir las líneas estratégicas, pero siendo consciente de que aún así podemos equivocarnos.

Cuando el gobierno de la Comunidad de Madrid insiste en el concepto de libertad, no es una palabra vacía, un mero eslogan. Libertad económica quiere decir facilitar todos los trámites, eliminar burocracia y animar a los emprendedores en las metas que se proponen. Todo lo contrario de una economía social-populista, donde las autoridades se creen capacitadas para programar los próximos años, con una actitud tan visionaria como fuera de la realidad.

Cuando uno ve las empresas que hoy lideran el crecimiento económico en España y en el mundo se da cuenta de que muchas de ellas apenas eran conocidas hace diez años. ¿Quién iba a apostar por una empresa que enviaba la compra a casa en un país como España, donde tanto nos gusta comprar en la calle? ¿Quién creía que se podía sacar rendimiento a un piso vacío gracias a una aplicación Web?

Es el momento de potenciar en Cantabria los activos que tenemos. Nuestro sector primario, la ganadería, agricultura y pesca, tienen posibilidades de desarrollo si confiamos en los pequeños empresarios y ganaderos; nuestro patrimonio cultural con una buena comercialización tiene mucho que ofrecer, y todo el sector turístico y de servicios, con buenas ideas, puede relanzarse de nuevo.

Tenemos por delante todo el desafío de la digitalización. Cantabria presenta las condiciones ideales para facilitar la vida de quienes quieran teletrabajar, con muchos entornos rurales en los que se puede combinar un trabajo de alta tecnología con el contacto directo con la naturaleza.
Y ahí, el trabajo de la Administración Pública está claro. Es facilitar las redes de comunicaciones, las carreteras y las conexiones de internet, como los servicios públicos que puedan acoger las demandas de los nuevos habitantes de los pueblos.

Otro aspecto en el que debe intervenir la Administración Pública es en la Educación, tratando de adaptar los contenidos al cambio social. Nuestros jóvenes deben estar cualificados para los desafíos de un mundo nuevo. No puede haber una gran desconexión entre las necesidades de los empresarios y la preparación de los jóvenes.

Es evidente que las fórmulas visionarias no han funcionado en Cantabria. El desarrollo y la creación de empleo no se potencian charlando en tertulias televisivas. Es hora de cambiar de estrategia y recomenzar con un poco de humildad. Es preciso escuchar y atender a quienes crean empleo si de verdad queremos que nuestros jóvenes dispongan de oportunidades.

Autor: Javier Puente Redondo / Senador de Cantabria por el PP

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