05/05/2024

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La piedra lunar que Franco tenía en su despacho

Mañana martes 17 tendrá lugar la presentación de la roca del valle lunar Taurus Littrow, regalo de Estados Unidos al pueblo español, que se exhibirá a en el Museo Geominero de Madrid (Museo Geominero. C/ Ríos Rosas, 23) a partir del 17 de septiembre. Se trata de un basalto de grano grueso rico en titanio, compuesto por piroxeno, plagioclasa, ilmenita y olivino, con una edad de 3700 millones de años.

«Comienzos de la década de los 70. Es la época de la carrera espacial, de los astronautas vistos como superhéroes, de niños que sueñan con viajar a otro planeta, del primer hombre en la Luna. Estados Unidos acaba de ganar la batalla espacial y su entonces presidente, Richard Nixon, a modo de regalo -y también de recordatorio-, envía a todos los estados -con la salvedad de Hungría, Corea del Norte y Vietnam- rocas lunares procedentes de la colección de 382 kilos de material que el programa Apolo recolectó durante todas sus misiones. Dos de ellas acabaron en España. Ahora una pertenece a la colección del Museo Naval y la otra se encuentra en paradero desconocido.

«La primera se la regalan a Francisco Franco como recuerdo del Apolo. La segunda se la entrega Kissinger al almirante Carrero Blanco unos días antes de su muerte, y es la que tenemos aquí después de que la cediera su hijo argumentando que era propiedad del Estado español», explica Antonio Román Rodríguez del Pino, periodista y ahora voluntario cultural del Museo Naval de Madrid, lugar desde donde charla con ABC. A Rodríguez del Pino la historia no le es ajena porque también desempeñó el cargo de secretario de Charles August Rouller, director de la NASA de la Estación de Seguimiento de Vuelos Espaciales Tripulados de Maspalomas».

La ruta de la piedra en España

En teoría, aquella piedra estuvo hasta la muerte de Franco en el despacho de El Pardo. Después la heredó su hija, Carmen Franco y Polo, quien según su familia la debió extraviar entre las pertenencias de sus múltiples casas. Sin embargo, Luis Ruiz de Gopegui, ingeniero que dirigió las estaciones de la NASA en España durante el programa Apolo, declaró ante los medios que la roca se intentó vender a principios de los noventa a una famosa casa de subastas británica, aunque finalmente se paró la transacción.

El nieto primogénito del dictador, Francisco Franco y Martínez-Bordiú, desmintió tales afirmaciones, aunque sí que admitió que un conocido suyo preguntó por el valor de la pieza en el mercado, ya que lo consideraban un regalo personal de Nixon hacia el dictador. En la actualidad se desconoce el paradero de la piedra.

Fuente: abc.es

 

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