La Consejería de Industria, Innovación, Transporte y Comercio aportará 55.000 euros a la Universidad de Cantabria (UC) para que estudie estrategias con el fin de desarrollar el Plan de Movilidad de Cantabria, un plan que tendrá que estar en consonancia con la Ley de Movilidad Sostenible que está elaborando el Gobierno de España y con la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030 del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. El consejero, Javier López Marcano, considera que el sector del transporte se enfrenta a grandes cambios, como la introducción e intensificación del uso de la tecnología, la descarbonización de la economía o un proceso creciente de concentración de la población en grandes ciudades, todo ello dentro de un horizonte de gran incertidumbre como consecuencia de la pandemia. Marcano opina que por este motivo la elaboración del Plan de Movilidad Sostenible juega un papel de suma relevancia para conocer cómo debe ser el futuro de la estrategia de movilidad en Cantabria, por lo que ha creído conveniente contar con las aportaciones científicas y técnicas que posibiliten un planteamiento innovador.
Por medio de un convenio de colaboración para el fomento de la investigación en materia de transportes firmado entre el consejero y el rector de la UC, Ángel Pazos, la Consejería ha recurrido a la UC como “prestigiosa institución pública independiente de reconocida excelencia investigadora” y que ofrece garantías para conocer con mayor profundidad cuál es la situación y el diagnóstico en este ámbito, y así aplicar las políticas y actuaciones que la realidad objetiva demanda.
Será el grupo de Investigación de Movilidad Sostenible e Ingeniería Ferroviaria (SUM LAB) de la UC, referente en el ámbito del fomento de la movilidad sostenible y de los planes de movilidad sostenible, quien se encargue de realizar el estudio que tendrá como objetivos específicos el de analizar la adecuación y coherencia con los planes de movilidad y los documentos estratégicos elaborados por otras Administraciones y que de alguna u otra manera afecten a la planificación final de nivel regional; convertir en parte fundamental de la estrategia a todas las administraciones involucradas, incluyendo a gestores y personal público, de tal manera que reconozcan como propios sus objetivos y principios; implicar a las organizaciones y agentes sociales para que interioricen el nuevo paradigma de la movilidad y puedan transmitirlo al resto de los ciudadanos; la creación de procesos de participación pública promoviendo la implicación activa de los ciudadanos; proponer líneas estratégicas sobre las que se sustente el desarrollo pormenorizado del posterior Plan de Movilidad de Cantabria, respondiendo a las necesidades de movilidad real de Cantabria; aportar enfoques innovadores en la gestión e integración de datos para su aplicación en las líneas estratégicas mencionadas y finalmente, potenciar una nueva gobernanza horizontal para que en la toma de decisiones se tengan en cuenta los problemas cotidianos de la movilidad.