25/04/2024

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Estrategias para que los 86.000 pensionistas cántabros disfruten de su jubilación

“De todos los cambios que se dan a lo largo de la vida hay pocos que la transformen tanto como la jubilación. Adaptarse con éxito a la jubilación es algo más que generar unos planes para mantenerse ocupado”. Bartolomé Freire, psiquiatra y psicoterapeuta, quiere compartir sus consejos y estrategias para “una jubilación positiva y con satisfacción mental en la que haya una evolución personal en esta nueva etapa, en la que no hay un manual que se conozca para dotar de sentido personal a la nueva vida como jubilado”.

Freire se considera un experto tras haber realizado durante tres años su ‘Estudio de adaptación a la jubilación’, incluido en su libro ‘La jubilación, una nueva oportunidad’. El psiquiatra y psicoterapeuta, con más de 40 años de experiencia, considera que “la jubilación es como un pasaporte, franquea el acceso a muchos lugares, pero cada uno tiene que elegir el itinerario y hacer el viaje por su cuenta”.

España es actualmente el país con la segunda mayor esperanza de vida del mundo, por detrás de Japón. La última proyección de población del Instituto Nacional de Estadística (INE) estima que en 2033 una de cada cuatro personas en España tendrá más de 65 años. Estas estimaciones indican que España aumentará su número de jubilados, alcanzando la población de mayores de 65 el 25,2% del total.

La jubilación impone una serie de cambios para los que muchas personas no están preparadas. “Incluso cuando hemos acumulado 40 años de experiencia y llegamos a la jubilación también necesitamos, a veces, la ayuda de un experto”, indica el psicoterapeuta. Para ello, Freire aporta una serie de recursos psicológicos que favorecen una buena adaptación ante la nueva etapa que supone la jubilación, obtenidos como resultado de su ‘Estudio de adaptación a la jubilación’.

Estrategias para cada tipo de jubilado

El psiquiatra ha identificado en su estudio cinco tipos de personas jubiladas, cada una con diferentes características, objetivos y limitaciones. “Conocer qué tipo de jubilado eres y qué estrategias debes seguir es clave para disfrutar de jubilación con satisfacción mental”, destaca Bartolomé Freire.

El mayor porcentaje de personas jubiladas de su estudio correspondían a los “disfrutadoras”, en un 35,3%, seguidos de las “atareadas”, con un 29,3%. En tercer lugar, se encontraban las personas “desenfocadas”, con un 15,3%; seguidamente, las “exploradoras”, en un 10,7% y, por último, las “sosegadas” en un 9,3%.

El psicoterapeuta determina que el tipo de personas jubiladas más frecuentes son las “disfrutadoras”, que conciben esta etapa como el momento para “hacer lo que le apetece cuando le apetece” y que también pueden sufrir dificultades a la hora de adaptarse en la jubilación. Entre estos retos de adaptación se encuentran la diversidad de elecciones, que puede frenar la generación de auténticas metas con sentido, y la centralización del ocio y el disfrute como evasión frente al compromiso con uno mismo o para distanciarse de aspectos problemáticos de la realidad.

El segundo tipo de jubilado más frecuente es el “atareado”, aquel que en su jubilación dedica gran parte de su energía a una ocupación que está motivada por vocación, para avanzar hacia sus metas, o por solidaridad, sobrepasando con su aportación los límites de su persona para cuidar a otros o contribuir al bien común. En la opinión experta del doctor Bartolomé Freire, “el mayor riesgo para los atareados es no contemplar la jubilación como un lugar desde el que es posible asomarse a nuevas experiencias en ámbitos distintos al trabajo; limitando su evolución personal. No deben desaprovechar las oportunidades de disfrutar de la libertad y de expandir sus intereses o relaciones por ocuparse del <<hacer>> en lugar del <<ser>>”.

Bartolomé Freire define a las personas “desenfocadas” como a los que no viven su jubilación con una dirección personal que les procurase aliento y satisfacción, personas con metas triviales, que no aportan pasión ni retos a sus vidas y que llenan su tiempo con entretenimientos pasivos o distracciones. Este tipo de personas, “si se han jubilado recientemente, son capaces de tolerar el sentimiento de desorientación y de identificar intereses genuinos pero, si se mantienen en esa posición durante su jubilación, es porque no consiguen concentrar sus energías de manera sostenida para lograr sus metas propias y tienden a dejar de lado sus aspiraciones”, indica Freire.

Las personas jubiladas “exploradoras” se caracterizan por su curiosidad y su resiliencia, buscando seguir creciendo personalmente después de cambios importantes en su vida, aun cuando sean imprevistos o traumáticos. Las personas jubiladas exploradoras “deben ser más tolerantes a la hora de aceptar que los resultados que se obtienen no respondan plenamente a las expectativas creadas y deben ser más realistas a la hora de seleccionar los objetivos o materializarlos con planes eficaces”.

Las características principales de las personas jubiladas “sosegadas”, el tipo menos frecuente, son la serenidad, organizando la vida en armonía con lo que se es y lo que se tiene, y el recogimiento, primando el centrarse en lo que procura su bienestar y el de su círculo más íntimo. “El peligro de los sosegados”, explica Freire, “es que, al evitar los retos o situaciones que suponen alguna exigencia o tensión, pierdan oportunidades para vivir y potenciar sus capacidades”. También corren el peligro de aislarse, al distanciarse limitan su intercambio con el mundo exterior.

En su estudio, Freire expone algunas de las preguntas que se pueden formular los jubilados para reflexionar y disfrutar de su bienestar mental en esta nueva etapa, como: ¿Cuáles son mis motivos para seguir organizando mi vida en torno a la actividad que realizo? ¿Hay algo que me gustaría hacer pero que evito plantearme? ¿Cambiar o tomar alguna nueva iniciativa aportaría más interés y satisfacción a mis días?

Brechas de género en la jubilación

Una de las principales conclusiones extraídas por Bartolomé Freire en su ‘Estudio de adaptación a la jubilación’ son las diferencias de género en los hombres y las mujeres a la hora de adaptarse a la jubilación.

Las mujeres son más disfrutadoras que los hombres a la hora de adaptarse a la jubilación. Ellos suelen adaptarse a la jubilación con un perfil más atareado y, en segundo lugar, de tipo disfrutador.

Freire plantea “la relevancia del rol laboral, para las mujeres y los hombres entrevistados, también influyó en su distinto acceso a la jubilación”. De esta forma, en su estudio, más mujeres que hombres se prejubilaron voluntariamente. Según el doctor Freire, ellas refirieron diferentes motivos para tomar esa opción, entre los que destacaron los relacionados con el descontento o malestar laboral y los propósitos de alcanzar nuevas metas. Solo un tercio de los hombres decidió anticipar su jubilación, otro tercio fue prejubilado por la empresa y el último se jubiló a la edad reglamentaria.

Las mujeres y los hombres tienen necesidades, intereses y recursos diferenciados en su jubilación, algunos asociados a su experiencia de vida, que se manifiestan en distintos valores y maneras de estructurar su nuevo estado.

Freire resaltó que “para las mujeres la jubilación es una oportunidad de compensar lo que no han tenido previamente, pudiendo satisfacer algo que en el resto de su vida había estado insatisfecho, teniendo una sensación de no haber vivido en función de sus deseos. Valoración que ningún hombre del estudio realizó”.

En cuanto a las actividades que prefieran ellas y ellos en su adaptación a la jubilación, hombres y mujeres jubilados coinciden en algunos intereses y difieren en otros. Sin embargo, se perpetúan roles de género como el de “las casadas, que destinan más tiempo a las faenas del hogar y, también son ellas las que siguen prestando una mayor dedicación al cuidado de familiares de distintas generaciones”, expone el psiquiatra.

Jubilación, una oportunidad para la evolución personal

Freire ha concluido que “la mayor parte de las personas jubiladas del estudio dieron preferencia a distintos objetivos. Según la opinión de los participantes, su adaptación fue lenta y subjetivamente satisfactoria. Solo unos pocos atravesaron una crisis personal o no encontraron su lugar en el nuevo estado”.

De todos los cambios que se suceden en la vida hay pocos que la transformen tanto como la jubilación. “No hay una forma simple ni única para adaptarse. La curiosidad, la capacidad de disfrutar y compartir y la autonomía en la toma de decisiones son más importantes que la economía y el nivel sociocultural para vivir una jubilación estimulante”, indica el doctor.

Una de las oportunidades que puede darse en esta nueva etapa es “el valor del talento senior, los jubilados podemos aportar nuestra experiencia transmitiendo nuestros conocimientos, como consultores, a empresas que se dediquen a la silver economy; que son los negocios y servicios que tienen como objetivo dar respuesta a la demanda de la tercera edad”. Esta experiencia la ha vivido el propio Freire, quien ha asesorado a varias empresas cuyo negocio se centra en los más mayores.

 

 

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