En tiempos del coronavirus. Cambio de paradigmas

El gobierno ha anunciado un plan de desescalada que deja a muchas pymes, autónomos y empresas en un estado de inviabilidad empresarial. Hemos pasado del cese de actividades por el Estado de Alarma a poder abrir empresas, en muchos casos, con una muerte anunciada. Un 30% de posible producción y sin la libre circulación por el territorio español deja a muchos, sobre todo los negocios que se crearon para atender las necesidades de los turistas, en una situación de inviabilidad. Estas serán mejor que no abran sus puertas antes de que incurran en más gastos que ingresos pudiendo llegar a quebrar. No se nos olvide que al frente de las empresas hay personas, personas que han emprendido un negocio arriesgando su patrimonio, endeudándose para generar una actividad empresarial y con ello generar riqueza y trabajo.

El sector Turístico lleva semanas pensando en como salvar el verano, los habitantes de los municipios altamente turísticos queriendo que no lleguen visitantes por miedo al contagio y el Gobierno, ahora, plantea una apertura con unas restricciones que harán inviables a un buen número negocios dependientes del sector turístico mientras no haya una libre circulación por todo el territorio español. España ya cuenta con que esta temporada vacacional no llegarán turistas extranjeros, pero si a esto le sumamos que no habrá turistas nacionales, las empresas dependientes del turismo no son viables y por lo tanto no deberían perder el amparo al que ahora están acogida, como es el caso de los ERTES realizados en este sector. En el caso de que sí se permita, porque sanitariamente sea viable la libre circulación por el territorio español, entonces las empresas podrían reinventarse, adaptarse, pero siempre y cuando, repito, haya un público al que abastecer.

Esta crisis sanitaria no afecta a todos los sectores por igual, e incluso en el mismo sector, dependiendo de los factores de su cadena de valor, también se encuentran diferencias. Tenemos un claro ejemplo en el sector Agroalimentario; los supermercados y los productos destinados al consumo en el hogar han aumentado su producción mientras que los productos destinados al sector HORECA se han visto gravemente perjudicados. Vemos también, otras empresas como Austral, productora de ropa deportiva con sede en Camargo, Cantabria, han modificado su producción adaptándola a las necesidades actuales con una nueva línea de fabricación de mascarillas, al igual que lo hace Inditex, en el caso de Seat con los respiradores y en otros casos como algunos restaurantes que se han adaptado con venta a domicilio de comida preparada o pre-cocinada, comercios que han habilitado herramientas online o el teletrabajo. ¿pero qué pasaría si todos los restaurantes venderían comida preparada para llevar? ¿sería rentable que todos se dedicaran a lo mismo? En mi opinión, no. Sin turismo hay una burbuja hotelera y hostelera, de hecho, ya pensaba antes que la había, al igual que llevo tiempo diciendo que no se puede apostar y desarrollar solo un sector porque en caso de una crisis en este nos veríamos gravemente afectados y así es.

La crisis económica en la que nos estamos viendo abocados no está provocada por falta de productividad de las empresas o de gestión, sino está siendo producida por el cese de actividades decretado con el Estado de Alarma, las restricciones impuestas por el Gobierno y el cambio de paradigmas.

A mi entender, las medidas tomadas están improvistas de la información de los sectores económicos, están basadas exclusivamente en las recomendaciones sanitarias y la urgencia del Gobierno por “echar empresas a rodar” y que estas “asuman las consecuencias de la crisis sanitaria”. Si un sector no es viable por las recomendaciones sanitarias deberían seguir cerrados pero una decisión como la apertura con un 30% de aforo máximo provocará una caída empresarial en cadena que puede derivar en una depresión económica.

El turismo representa el 10,4 % del PIB mundial, en España del 12,30% con 153.000 millones de euros en el país y emplea a más de 2,5 millones de personas. Esto le preocupa al Estado, la pérdida de este y otros contribuyentes al PIB español más la sangría de empleos que representa. Un Estado sediento de financiación, que ve cómo se incrementa la necesidad de ayudas, subsidios a las empresas y familias mientras que las arcas del Estado se ven vacías y con un menor flujo de entrada. Estoy enfocándome en este sector, el turísitico, por ser uno de los más importantes de mi región, Cantabria, pero esto mismo se podría trasladar a otros como el cultural ¿acaso la representación de una obra de teatro, por ejemplo, podría ser viable con el 30% del aforo? ¿Qué empresa puede sobrevivir con el 30% de posible venta de su producción? Creo que cualquier ciudadano sin ningún tipo de estudio en empresariales o económicas lo entiende. Esto no quiere decir que haya otros sectores como el de informática y ofimática, logística, inteligencia artificial, y otros muchos que están viendo incrementadas sus demandas y por ende su producción.

En el posible escenario de que se abra la libre circulación de personas por todo el territorio español, siempre y cuando la pandemia lo permita, las empresas deberán adaptarse a las nuevas circunstancias. Extremar la higiene, desinfección, nuevas formas de distribución de sus productos y servicios, la incorporación de aplicaciones con información de aforos y reserva de mesas, venta online a domicilio, son algunas de las adaptaciones que se deberán realizar, lo cual incrementará los costes de producción. La gestión inteligente de los recursos, la organización del trabajo, la comunicación, en definitiva la gestión empresarial hoy es más que nunca imprescindible para la supervivencia empresarial. Y no solo es una lucha de las empresas sino también de los municipios, comunidades y el Estado en general. Hoy más que nunca también echo en falta la gestión inteligente de los destinos turísticos, hemos visto como en muchos ayuntamientos se han contratado el cambio de luminarias por LED, para el ahorro energético, con unos contratos muy ventajosos para las compañías que a cambio de mucho dinero aportan muy poco a los municipios ya que han dejando a un lado el desarrollo de una red inteligente que permita gestionar los destinos turísticos. Aprovechando la infraestructura de la red eléctrica se podría haber creado una red que nos proporcionara datos en tiempo real sobre los lugares más concurridos, desviar flujo de personas a otras zonas dando información en tiempo real a los mismos turistas de que zonas son las menos concurridas y que opciones de ocio tienen, ofrecerles experiencias virtuales o tours informativos de la historia del lugar donde se encuentran, también cosas tan sencillas de donde aparcar o que servicios tienen a su alcance. Todo esto sin despreciar los beneficios que para la gestión municipal tiene este tipo de infraestructura en gestión de residuos, teleasistencia, y un sin fin de datos que servirían para una mejor toma de decisiones y que nos hubiera permitido paliar mejor el confinamiento.
Los turistas no solo van a demandar hoteles, bares, restaurantes y comercios desinfectados y con una serie de medidas, sino destinos turísticos que en su conjunto les brinde esta seguridad. Más que nunca hay que gestionar, y como en todos los sectores, el turismo también se puede y se deberá gestionar tanto a nivel de empresa como a nivel gubernamental apoyándonos en la tecnología y la innovación.

En mi opinión, el gobierno debería dar libertad a las empresas para reanudar su actividad mientras no se recupere la normalidad. Ellas más que nadie saben cuándo y cómo sus negocios son viables. La libre circulación por todo el territorio español es imprescindible y aún así no tendremos los mismos datos que en el 2019. Esto no quiere decir que el Estado tenga que mantener de una manera indefinida las medidas al sector, pero tampoco dejarlas desamparadas mientras no se cobre una mediana normalidad, no olvidemos que las generadoras de trabajo y riqueza son ellas y no el Estado. Aún así, una vez que se abran las fronteras regionales, la selección natural del sector HORECA ha comenzado, el más fuerte y el que mejor se adapte a las nuevas circunstancias sobrevivirá, porque el coronavirus ha cambiado y va a seguir acelerando el cambio del nuevo paradigma mundial. Los empresarios tienen que pensar en cuales son las necesidades de las personas, los tipos de personas en función de sus características y adaptar los negocios o reinventarse. Cuanto antes lo hagan menos sufrirán. Seguimos con los cambios del S. XXI, sector por sector.

Por último, si España va a seguir apostando por el sector, como líder turístico, debería ser ejemplarizante para el resto del mundo con un plan de gestión turística y de apoyo a esta actividad, garante de la seguridad sanitaria en las calles, y los ayuntamientos que pretendan seguir potenciando el turismo como motor de desarrollo de sus municipios deberán ayudar a paliar esta crisis con reducciones de tasas e impuestos, disminución de burocracia a la hora de emprender con el fin de que las empresas, entes fundamentales para el desarrollo, estén en las mejores condiciones para adaptarse a los nuevos paradigmas y ser parte implicada en un plan de desarrollo turístico sostenible e inteligente. No obstante, vuelvo a decir, que apostar por un solo sector es una temeridad, es el momento de tomar la decisión de generar economías transversales, regiones inteligentes para un mayor aprovechamiento de los recursos, no olvidar la sostenibilidad, la economía circular y la colaboración público-privada.

Autora: Maria Luz Villamil Calva / Consultora de Innovación y Desarrollo Económico

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