El Gobierno busca el equilibrio entre la fauna salvaje y la ganadería

La Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha publicado hoy el decreto que regula el pago por servicios ambientales a los titulares de explotaciones profesionales de ganadería extensiva que contribuyan a la conservación de la biodiversidad en zonas con presencia de lobo, medida prevista en el Plan de Gestión del Lobo en Cantabria, y que completa el amplio conjunto de herramientas que contempla el Plan para lograr el compromiso de garantizar la compatibilidad entre la ganadería extensiva y el lobo en el marco establecido por la normativa europea.

Según ha explicado el consejero Guillermo Blanco, este nuevo decreto refleja el compromiso del Gobierno con la ganadería extensiva, “una actividad económica clave para las zonas rurales y que, por tanto, es esencial para luchar contra el despoblamiento”, y demuestra la voluntad de compatibilizar la conservación de la biodiversidad, y de la fauna silvestre en particular, y los paisajes de Cantabria con el desarrollo económico de las zonas rurales.

Este año 2021, el pago está dotado con 660.000 euros destinados a los ganaderos de extensivo que desarrollen su actividad en los municipios donde está constatada la presencia permanente y la mayor abundancia del lobo, tal como contempla el Plan de Gestión de esta especie.

Su objetivo es lograr que los condicionantes que la presencia de un depredador como el lobo produce en la ganadería extensiva, no hagan inviable, o comprometan de manera relevante, el mantenimiento y mejora de esta actividad productiva en nuestra región.

Blanco ha recordado que los problemas que causa la fauna silvestre no solo se limitan al hecho evidente de los daños sobre el ganado, que suponen una amenaza para la viabilidad de muchas explotaciones en zonas loberas, sino que desincentivan a aquellos jóvenes que quieren continuar con la actividad tradicional de la ganadería extensiva de sus predecesores y a los que se quieren instalar por vez primera en el medio rural como profesionales del sector primario.

Los pagos son de concesión directa, con un plazo de solicitud este año de un mes a partir del día siguiente a la publicación del decreto en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC), según el formulario de solicitud que se incluye en el propio decreto y para las personas titulares de explotaciones ganaderas que cumplan las condiciones que se establecen en la norma. En 2022 y anualidades sucesivas, el decreto establece que el plazo de presentación de las solicitudes estará comprendido entre el 1 y el 31 de marzo de cada año.

La cuantía del pago será una prima anual por cabeza de ganado en régimen de ganadería extensiva en alguno de los municipios incluidos en la Zona 1 que contempla la zonificación del Plan de Gestión del Lobo en Cantabria en vigor desde 2109. Se abonarán 20 euros por cabeza de ganado ovino o caprino, 15 euros por cabeza de equino y 10 euros por cabeza de ganado bovino.

Este año los ganaderos que se pueden acoger a este pago deben contar con explotaciones activas en alguno de los 36 municipios de la zona 1 del Plan de Gestión, que suman el 56,84% de la superficie regional. Son los siguientes: Anievas, Arenas de Iguña, Bárcena de Pie de Concha, Cabezón de Liébana, Cabuérniga, Camaleño, Campoo de Enmedio, Campoo de Yuso, Cieza, Cillorigo de Liébana, Hermandad de Campoo de Suso, Lamasón, Luena, Molledo, Peñarrubia, Pesaguero, Pesquera, Polaciones, Potes, Reinosa, Rionansa, Las Rozas de Valdearroyo, Ruente, San Miguel de Aguayo, San Pedro del Romeral, San Roque de Riomiera, Santiurde de Reinosa, Soba, Los Tojos, Tresviso, Tudanca, Valdeolea, Valdeprado del Río, Valderredible, Vega de Liébana y Vega de Pas.

La Consejería recuerda que la zonificación del Plan de Gestión se realizó aplicando criterios de área distribución del lobo y grupos con cría confirmada; disponibilidad de presas silvestres; grado de humanización del territorio; presencia de ganadería extensiva y daños producidos, y la propia coherencia territorial de las unidades de gestión, determinándose que las zonas con mayor probabilidad de daños son las que tienen una densidad más alta de lobo, menor densidad de presas silvestres y mayor cantidad de ganado extensivo, especialmente menor y equino.

La zonificación ha de servir, como indica el Plan de Gestión, para alcanzar los objetivos del Plan y ser la referencia para el apoyo a las medidas preventivas y del pago por servicios ambientales.

Tanto la zonificación como los procedimientos y criterios de concesión de las ayudas para medidas preventivas y para este pago por servicios ambientales pueden ser modificados en los próximos ejercicios en función de la evolución de la abundancia y la distribución del lobo y del resultado de las diferentes medidas, además de con ocasión de la primera revisión general prevista para el año 2024, todo ello según se establece en la Orden MED/5/2019, de 28 de marzo, por la que se aprueba el Plan de Gestión del Lobo en Cantabria.

Finalmente, el consejero ha recordado que el pago por servicios ambientales es independiente de las ayudas para la adopción de medidas preventivas y de las indemnizaciones por los daños producidos, y su objetivo es “reconocer la contribución de la ganadería extensiva a la conservación de la biodiversidad y los paisajes, compensando el coste adicional que supone mantener el ganado en áreas con presencia permanente del lobo”, conformándose así un conjunto de herramientas de apoyo al sector ganadero que, junto con el necesario control de ejemplares y el seguimiento de la especie, constituyen el núcleo del Plan de Gestión del Lobo en Cantabria.

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