«Torrelavega pierde a una mujer extraordinaria»
Muy de mañana he conocido la muerte de Conchita Vidiella, que me ha impactado profundamente. Siempre estará en mi recuerdo y homenaje personal por los valores que atesoraba de una brillante y ejemplar ejecutoria personal: locutora de radio con una voz prodigiosa en los tiempos fundacionales de Radio Juventud de Torrelavega en la primera mitad de los años cincuenta del siglo pasado, poeta, escritora, maestra en la declamación poética con una referencia incuestionable como fue su pasión por el Día de la Poesía que durante varias décadas organizó el recordado Julio Sanz Saiz.
Hace unos pocos días la vi pasear como ausente por mi calle de Garcilaso de la Vega, a un paso de su vivienda en Raimundo Cicero Arteche. Jamás pensé en su muerte próxima, porque siempre la vi como una mujer de excelente verbo, alegre, entusiasta por la poesía, que me motivó principalmente a acompañarla en el día de la entrada de la primavera de hace un año -21 de marzo de 2024- que presentó en el Círculo de Recreo un libro de poemas que nos ha dejado como testimonio de sus pasiones por la letra impresa y su forma de juntar y unir palabras en esa gran capacidad creadora de sentimientos que producen los poetas, entre los que destacaba. El 21 de marzo de cada año tenía para Conchita un gran valor por ser el día de la Poesía en una jornada significativa en la que esperábamos conocer y escuchar sus últimas poesías y deleitarnos con su declamación siempre profunda, sentida, humana, cordial, surgida de una una voz y un corazón grandes.
Al conocer su muerte –el mismo mes que desapareció otro grande de nuestras letras como fue nuestro amigo común Aquilino Ceballos– entiendo el por qué dejó sin respuesta mi último wassap de hace unos pocos días y le preguntaba si conocía el nombre de varias personas – unas pocas de más de quince- que aparecíamos en la imagen. Es posible -pero lo desconocía- que se sintiera enferma y sin fuerzas.
Pero existe otra imagen que ahora no encuentro, en la que aparece con motivo de una exposición -la última- de Ramón Muñoz Serra. Estamos en ella acompañado al maestro del pincel junto a Julio Sanz Saiz, Pedro Sobrado y Mauro Muriedas Echaves. Una muestra de cómo amaba la cultura y sus diferentes manifestaciones. Torrelavega pierde a una mujer extraordinaria, como fue también su marido, Federico Mallavia del Río, fallecido hace dos años, hijo mayor del gran campeón de bolos Ico Mallavia.
Autor: José Ramón Sáiz