La Mancomunidad de los Valles Pasiegos, que agrupa a 17 municipios, reafirmó por unanimidad su rechazo a los macroproyectos eólicos en una asamblea en Villacarriedo
Participaron cerca de un centenar de personas entre representantes municipales y vecinos. En el encuentro se ratificó el compromiso de mantener la comarca como zona de exclusión eólica y se planteó la creación de un fondo jurídico común para reforzar la defensa técnica y legal del territorio frente a los grandes proyectos energéticos. La decisión llega en un momento clave, con dos nuevos parques —Las Américas 3 y Las Américas 16, promovidos por Arena Green Power— en fase de información pública. Ambos proyectos, con una potencia prevista de 49,99 MW, afectarían a Santa María de Cayón, Villaescusa, Penagos y El Astillero.
El de Las Américas 16 se proyecta además sobre Vega de Pas, Villacarriedo, Selaya y Saro. Y Las Américas 3 sobre Villafufre y Santiurde de Toranzo. Este despliegue fragmenta el paisaje y se superpone a zonas rurales que sostienen biodiversidad, economías locales y formas de vida arraigadas. El consenso local es firme, pero el marco autonómico sigue sin garantizar una protección efectiva. El mapa de exclusión eólica presentado en 2022 —que calificaba como incompatibles el 93,9 % del suelo cántabro— nunca se aprobó ni se incorporó al Plan Regional de Ordenación Territorial. Esa ausencia deja a los municipios sin respaldo jurídico y a los valles sin escudo frente a un modelo de expansión energética que avanza sin una planificación coherente ni una evaluación integral de sus impactos.
En los últimos días, la presidenta de Cantabria declaró que considera “impensable que el proyecto Altamira no salga adelante por falta de un enchufe eléctrico”. Pero ese “enchufe” no es una conexión abstracta: implica nuevas subestaciones, líneas de alta tensión, torres y transformadores que atraviesan montes, fincas y pueblos. No existe en el vacío: requiere energía, suelo y recursos naturales, los mismos que sostienen la vida y la actividad rural. Por eso volvemos a preguntar: ¿a quién beneficia realmente este despliegue? ¿Y qué lugar queda para una transición energética justa y realmente sostenible, que no sacrifique el patrimonio natural y humano de Cantabria?
Desde Son Gigantes celebramos la actitud de la Mancomunidad y su disposición a coordinarse con la ciudadanía en la elaboración de alegaciones y acciones informativas. La defensa de los valles necesita voluntad política, rigor técnico y una mirada que ponga la vida —no la rentabilidad— en el centro. Somos un movimiento ciudadano, plural y apartidista, ajeno a cualquier sigla política y nacido de la voluntad de proteger lo que nos sostiene. En los últimos cuatro meses hemos presentado más de 12.200 alegaciones frente a proyectos eólicos como Briesa y Benavieja, y seguimos trabajando frente a Las Américas 3 y 16 con el apoyo de más de veinte entidades locales. Seguiremos defendiendo nuestras tierras y las de nuestros vecinos, por el futuro del territorio pasiego y cántabro.