Juan Ramón Carrancio: «¿Una Semana Grande? Depende»

«No hay tráfico rodado en todo el centro de la ciudad, aunque la previsión era que se mantuviera en la zona marítima hasta Puertochico»

Se anunciaba estos días, como siempre, por todos los medios de los que dispone el Ayuntamiento la modificación de rutas de autobuses, cortes de tráfico y variaciones que afectarían a los ciudadanos el día del Chupinazo que da comienzo a nuestra Semana Grande.
Organización perfecta y sin fisuras sobre el papel, pero que ha dejado mucho que desear para los que siguen trabajando durante las fiestas, que no son pocos y para todas las personas que se movilizan durante los festejos.

El fiasco comienza en el momento en el que se corta el tráfico con bastantes minutos de antelación sobre lo programado, continúa cuando la ruta ideada para dinamizar la movilización en el epicentro se corta en las dos direcciones y “donde dijo digo, digo Diego”, es decir: no hay tráfico rodado en todo el centro de la ciudad, aunque la previsión era que se mantuviera en la zona marítima hasta Puertochico.
Órdenes opuestas desde el mismo Ayuntamiento que contribuyen al sin sentido, que empeoran problemas en lugar de solucionarlos.
Autobuses descontrolados, llenos a rebosar, hasta 7 juntos en una cola, 40 minutos de espera viendo pasar uno tras otro en los que solo se abrían la puerta de salida, las paradas atestadas de gente, el disgusto de los que llegaban tarde a un tren o a un trabajo y un largo etcétera de sin sentidos que han supuesto un auténtico caos para muchísimos ciudadanos y visitantes.
Un año entero para elaborar y organizar un trabajo que, de nuevo, resulta un absoluto fracaso cuando se lleva a cabo. ¿Hay alguien ahí? ¿Quién es el responsable? La Semana Grande debe de ser eso, grande para todos; incluso para los que realizan una actividad cotidiana, incluso para los que trabajan.

Autor: Juan Ramón Carrancio / Portavoz de OlaCantabria

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