20/04/2024

nada personal, solo información

«No hay mayor corrupción que elegir a personas para cargos que están por encima de su nivel de competencia»

Santiago Díaz Díaz, Presidente del Grupo Empresarial Sadisa, ha publicado una columna de opinión en el periódico del Grupo Vocento, El Diario Montañés, acerca del problema que arrastra la ciudad de Santander de la basura por la decisión unilateral de la candidata del PP, Gema Igual, de romper con la empresa cántabra ASCÁN.

La osadía de la ignorancia

Llevo tiempo debatiéndome en la duda de trasladar a la opinión pública mis sentimientos y reflexiones sobre los hechos vividos en los últimos 2 años en las relaciones de empresas de nuestro grupo familiar y el Ayuntamiento de Santander y, a la vista de las últimas manifestaciones de la alcaldesa con motivo de las elecciones municipales y su empecinamiento en no admitir el error y persistir en una huida hacia adelante mintiendo sin ningún rubor e ignorando el enorme daño reputacional y económico que ha causado a nuestra familia colocándonos en una situación límite muy difícil de solventar, he decidido no permanecer en silencio y dirigirme a los santanderinos con una serie de consideraciones.
Puedo entender que un dirigente político mal informado y mal asesorado cometa un error en la gestión pública que afecte y acabe con 28 años de relación de plena satisfacción con una empresa con domicilio en su misma ciudad, sexta del país en la especialidad y que ha llevado Santander a las mayores cotas de reconocimiento a nivel nacional, con premios de calidad como la escoba de platino, oro y plata y siempre en los primeros puestos del ranking en la excelencia de los servicios públicos. Pero no entiendo nada cuando compruebo las razones y excusas que se alegan sorpresivamente y no se ajustan a la realidad, y no lo digo yo, sino las sucesivas y reiteradas sentencias que tumban la principal causa del pretendido incumplimiento basado en el informe de la Intervención del Ayuntamiento de Santander que alega un cobro indebido de Ascán-Geaser de más de 7 millones de euros que responde a una supuesta falta de subrogación de personal, y que desmontan taxativamente las reiteradas sentencias que según la alcaldesa “ha ganado ella”.

Una Administración Pública puede rescindir un contrato, con razón o sin ella -para dilucidarlo están los tribunales-, pero cuando se rescinde, en todos los pliegos de condiciones de la Administración Pública, se establece la obligación del rescindido (la adjudicataria), de continuar ejecutando el contrato hasta que se otorgue uno nuevo.

Y en esto la Ley es clarísima: puede hacerse cargo del servicio y gestionarlo directamente el propio Ayuntamiento; puede convocar un concurso de urgencia y ordenar al adjudicatario original seguir realizando el Servicio como prevé el pliego. Pero lo que no puede es adjudicar por emergencia, si no la hay, un contrato como el de Santander, o cualquier otro. Emergencia es la guerra de Ucrania o un caso de enfermedades graves por causa de insalubridad, en resumen, un hecho excepcional de extremada gravedad. Pues curiosamente, a esta última figura recurre la alcaldesa de Santander porque es la que le permite expulsar al que está y meter a otro, a dedo, y con un poco de suerte y un pliego poco claro hecho con urgencia y absolutamente chapucero -tanto es así que ha sido anulado por los tribunales de Justicia-, sacar el nuevo concurso y adjudicarlo en esta legislatura que ya acaba, porque quizá es conocedora como nadie de las chapuzas que esconde y no tiene la seguridad de repetir mandato en la nueva.

La premeditación en la tropelía de Gema Igual para desalojar a Ascán del Ayuntamiento de Santander queda probada en muchos hechos, entre ellos cuando envía, a petición de los juzgados, el “desordenado expediente administrativo”, según el juez del proceso, en el que se encuentran unos correos electrónicos que dirige a Ferrovial (Prezero) la directora general de Medio Amiente, personal de su confianza y personaje clave en este asunto porque sus informes son los que hacen al interventor cometer un error garrafal. Y lo hace días antes de la rescisión del contrato y de la declaración de emergencia, pidiendo precio para el trabajo que a futuro le van a adjudicar. ¿cómo se llama jurídicamente esta acción?, todos lo sabemos y estos datos que cito están en los expedientes judiciales aún en curso.

Las actuaciones de este equipo de Gobierno liderado por la alcaldesa de Santander que agreden y desacreditan a una empresa alegando su incompetencia profesional se basan, sobre todo, en los incumplimientos de los pliegos en lo referente a la plantilla, sin embargo los tribunales dan la razón a Ascán en ese extremo en 8 sentencias, algunas de ellas ya firmes, y seguirán haciéndolo en las restantes. Sin embargo, la alcaldesa se vanagloria de que ahora sí se limpia bien, cuando todos comprobamos que no es así a pesar de que el consistorio está gastando 6 millones de euros más cada año de todos los santanderinos para limpiar la ciudad.

Y, por casualidad, el nuevo pliego anulado por su ilegalidad, ya recogía un incremento que le elevaba a los 22 millones de euros sin incluir muchos servicios, como la limpieza de playas, y con un convenio que no es el vigente, que solo para los 3 primeros años lo va a volver a incrementar en 6 millones de euros, lo que deja patente el desfase del presupuesto del pliego anterior elaborado por Íñigo de la Serna asumiendo la filosofía de rebajar costes en los servicios a los ciudadanos. Y pese a las reiteradas propuestas de Ascán durante años para buscar soluciones y paliar los efectos de ese pliego con una dotación económica insuficiente para mantener la excelente calidad de la limpieza de años anteriores, todo fue inútil, y ante la incapacidad de la alcaldesa para arreglar la situación provocada por ellos y afrontar con valentía su responsabilidad, buscó un chivo expiatorio y se lavó las manos señalando cruel y reiteradamente a un inocente, con una frialdad y beligerancia espeluznante. Esto, ya como vecino de Santander además de como empresario comprometido con mi región, me lleva a otra reflexión: conozco mi ciudad, me siento orgulloso de ella y me entristece en lo que la han convertido, y no solo en el ámbito de los servicios, veo el centro, antes esplendoroso con un comercio pujante, y hoy como lo ven todos los ciudadanos: locales cerrados, sin vida, que son consecuencia de decisiones tomadas por responsables políticos.

Sinceramente, no veo que la solución venga de la mano de personas que han demostrado su desconocimiento de lo que es gestionar, administrar y mirar por el bien de los ciudadanos, también de las empresas, que son las verdaderas impulsoras del progreso. A veces, con la osadía de la ignorancia, se cometen barbaridades de gran trascendencia, aunque no hay mayor corrupción que elegir a personas para cargos que están por encima de su nivel de competencia, capaces de llevarse por delante todo el trabajo y el esfuerzo de familias, empresas y empleados que no han hecho otra cosa que cumplir con su deber.

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