Con bandera negra en Miengo, «el eje central del Ayuntamiento es eliminar plumeros»

«Desde la Concejalía de Medio Ambiente seguimos trabajando en la eliminación de invasoras, regeneración de suelos degradados y plantaciones de árboles. En los Humedales de Cuchía también», afirma el sitio web del Ayuntamiento de Miengo, del que es titular José Manuel Cabrero (PRC). Mientras, sigue la bandera negra ondeando en la estadística de Cantabria con la Playa de Usgo, y el equipo de Gobierno gasta dinero público en una acción que el equipo de Gobierno ha denominado como «eje central» a través de la edil de EQUO Sara Gómez. 

Playa de Usgo, por vertidos del emisario submarino de Solvay. Desde la empresa situada en Barreda sale una conducción de 8 kilómetros hasta la playa de Usgo, llevando a través de ella los residuos químicos generados como subproductos en sus procesos de producción, fundamentalmente lodos de cloruro cálcico, cloruro de sodio, hidróxido de calcio, metales pesados y amoniaco. Esta preciosa playa muy naturalizada, está absolutamente contaminada por los lodos contaminantes que el Grupo Solvay de Torrelavega lanza al mar desde el 2002, (desde hacía más de 40 años, se vertía directamente en la costa), a través de un emisario submarino de 0,5 m de diámetro que se adentra en al mar 700 metros y vierte sobre el lecho arenoso a 14 metros de profundidad.

Los efectos, según los vientos dominantes, se notan especialmente en dirección Este y llegan a afectar a más de 12 kilómetros de costa, incluso llega a afectar a las propias playas del Sardinero, luego también afecta a Liencres, Covachos, La Arnía, Virgen del Mar, Mataleñas.

En dirección Oeste, el tramo de costa afectada incluye las playas de: Los Caballos, Marzan, La Concha, Los Locos, La Tablía y hasta el cabo de Punta Ballota, a partir del cual la mancha de vertido se adentra en el mar.Quienes defienden a la empresa difunden la idea de que las sustancias vertidas son inocuas, confundiendo intencionalmente el carácter relativamente inerte desde el punto de vista químico (ninguna sal en disolución lo es) con esa pretendida inocuidad. Minimizan los episodios recurrentes de gran turbidez de las aguas, con la drástica reducción en la producción por parte de los organismos fotosintéticos y alteración de los ecosistemas, tanto por afección directa a los organismos del litoral (imaginemos las branquias de un pez sometido a esa cantidad de sólidos en suspensión) y a sus ciclos vitales, como al medio físico, por una modificación muy significativa tanto de la tasa de sedimentación, radiación solar, aumento de temperatura, alteración de pH y efectos de las sustancias químicas vertidas.

Al Parque Natural de las Dunas de Liencres y Costa Quebrada. Afección a su extremo occidental, hasta la playa de los Caballos y acantilados anexos, en el municipio de Miengo. El ámbito territorial del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de las Dunas de Liencres, Estuario del Pas y Costa Quebrada, tiene una extensión 1.711,96 hectáreas.

Su límite occidental está en la Punta del Cuerno, los islotes de la Conejera (Cuchía) y los  acantilados y playa de los Caballos y el límite oriental en la divisoria entre los municipios de Santa Cruz de Bezana y Santander, en las cercanías de la playa de San Juan de la Canal.  Este vertido representa un grave problema ya histórico por la gravísima afección que ocasiona en el medio, autorizado por las Administraciones según los intereses empresariales de reducir costes al ahorrarse los gastos de reciclado mediante balsas de decantación o de remitir los materiales a vertedero controlado que son los procedimientos exigidos dentro de los criterios de la economía circular y de las directrices de la UE., (Directiva sobre Estrategia Marina 2008/56/EC y Directiva 2010/75/UE, sobre emisiones industriales). El vertido al medio marino, en la estrecha plataforma continental de nuestro esquilmado mar Cantábrico, de hasta 43.200 m³/día y 13.140.000 m³/año, (unas 300.000 t/año de sólidos), de productos químicos, como amoniaco, (permitido 1,73 t/día) cloruro cálcico, cloruro de sodio, hidróxido de calcio e incluso metales pesados, residuales en los procesos industriales, que son contaminantes persistentes y bioacumulativos. Con un pH que habitualmente excede de 11, fuera de normativa (entre 6,5 – 9,5 no se permiten desviaciones). Con un aumento de temperatura permitido de 3 ºC, a 100 m de distancia y a 1 m de profundidad, (datos Autorización Ambiental Integrada).

Imagen: Sara Gómez y Maite Vélez, EQUO, Ayuntamiento de Miengo.

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