«En Valdecilla se han escrito páginas fundamentales de la historia sanitaria de España»
Mensaje de Navidad de la presidenta de Cantabria / 24 de diciembre de 2025
Buenas tardes, Cantabria.
Me dirijo a vosotros desde nuestro querido Hospital Valdecilla, un lugar cargado de significado para todos, que nos llena de orgullo como cántabros y se observa con admiración en toda España. Valdecilla une de manera única asistencia, formación e investigación y nos recuerda la importancia de la empatía, la cercanía y el cuidado mutuo. Valores que nos unen, nos fortalecen y nos hacen mejores.
Es, al mismo tiempo, un laboratorio, una fábrica de conocimiento y un modelo de atención sanitaria pública de excelencia. Aquí la solidaridad se transforma en vida, con un liderazgo indiscutible en donación y trasplantes y en el manejo del paciente crítico. Es un hospital que sobresale por su capacidad médica y quirúrgica y un referente en innovación, investigación clínica y aplicación de nuevas tecnologías.
Y ahí está el proyecto Cohorte, que nos va a permitir avanzar en medicina personalizada con la participación de 50.000 voluntarios. Voluntarios de aquí, de Cantabria, que sois la demostración del compromiso, la implicación y la generosidad de los cántabros cuando los proyectos merecen la pena y nos benefician a todos. En Valdecilla se han escrito páginas fundamentales de la historia sanitaria de España, pero detrás de los éxitos siempre hay personas.
Y el verdadero secreto de este hospital está en su capital humano, en el talento y la humanidad de los equipos profesionales que ponen su empeño cada día en mejorar, en hacer avanzar nuestra sanidad pública y procurarnos un mayor bienestar, porque Valdecilla no se conforma nunca.
Pero Valdecilla es, sobre todo, el espejo de lo que queremos ser y podemos conseguir como región cuando nos lo proponemos y trabajamos juntos. Es un mensaje de confianza en nosotros mismos y en nuestras posibilidades.
Y también, el mejor ejemplo de la Cantabria que se supera. La que bate récord de personas con empleo. La que lidera la creación de empresas y la confianza empresarial. La que es un referente en turismo sostenible y de calidad. La que ha roto moldes multiplicando la inversión extranjera y escalando puestos en el ranking europeo de innovación. La que ha vencido las inercias del pasado y camina erguida y con paso firme hacia una convergencia real con la economía española y europea.
Porque hoy somos una región más dinámica y competitiva, más atractiva a la inversión empresarial y al talento y vamos a más gracias al esfuerzo de una tierra que camina unida.
Valdecilla nos muestra el camino y nos guía. Y, como gran hospital que es, ha vivido grandes transformaciones. La última culminó hace diez años con estas modernas torres de hospitalización que hoy nos acogen. Es un modelo de perseverancia y tradición, pero también de innovación y ambición. Y hoy las sigue teniendo con proyectos en marcha como la protonterapia para el cáncer y el Parque de Innovación en Salud que hemos proyectado en la antigua Residencia Cantabria.
En definitiva, Valdecilla es el mejor ejemplo del cambio que Cantabria necesita y hemos emprendido juntos: transformar Cantabria aprovechando todo nuestro potencial, mirando de frente y sin complejos hacia el futuro y trabajando unidos por una comunidad con más oportunidades para todos.
Gobernar es tomar decisiones para mejorar la vida de las personas. Y sé que todavía hay muchos problemas y que las cosas pueden funcionar mejor, pero cada día avanzamos un paso más en el objetivo de fortalecer nuestros servicios públicos esenciales con más presupuesto, más recursos y mejor gestión, reduciendo las listas de espera sanitarias y para acceder a una prestación por dependencia o discapacidad.
Y si de algo podemos sentirnos orgullosos es de nuestro sistema educativo, uno de los más avanzados de España. Somos la primera comunidad en ratio de alumnos por profesor, la segunda en gasto público educativo, la tercera en resultados PISA y con menor tasa de abandono escolar. Y la Universidad de Cantabria tiene garantizada su financiación con un contrato programa plurianual histórico. El esfuerzo en estos dos años ha sido muy intenso y tenemos que seguir trabajando para consolidar un modelo alejado de ideologías, que reconoce el esfuerzo, el mérito y la capacidad y refuerza a los alumnos que lo necesitan.
Las personas. Las personas están en el centro de todas nuestras políticas, como nuestros ganaderos y pescadores, un sector indispensable que ha forjado buena parte de nuestra identidad y debe seguir siendo protagonista de nuestro futuro.
Nos preocupa el complejo escenario al que se enfrentan y seguiremos a su lado, ayudándoles a vivir de su trabajo con dignidad. Y estamos también junto a nuestros jóvenes, que cada día tienen más difícil emanciparse y desarrollar sus proyectos personales ante la falta de vivienda. Un problema al que estamos plantando cara con respuestas efectivas desde aquí, desde Cantabria, bajando los impuestos que gravan la compra y el alquiler, mejorando todas las ayudas, construyendo cientos de viviendas protegidas por toda la región y, a partir de 2026, con avales públicos de hasta el 20% del precio de la vivienda para acceder a una hipoteca.
Y con la nueva ley autonómica para movilizar el parque de viviendas vacías y proteger a los propietarios frente a la ocupación. Avanzamos en muchos frentes: en una Formación Profesional mejor conectada y adaptada a las necesidades de nuestro tejido productivo, en dotar a las empresas de las infraestructuras que necesitan para crecer, en reducir burocracia, en competitividad fiscal o en el apoyo sin precedentes a nuestros autónomos.
Y en poco tiempo se perciben ya señales de que Cantabria está dando un gran salto adelante. Iniciamos el año 2025 con el proyecto Altamira, el campus tecnológico y el centro de datos más avanzado del sur de Europa. Una inversión inédita de 3.600 millones que supone un paso definitivo para posicionarnos como un polo de desarrollo tecnológico y digital e impulsar la transformación de nuestro modelo productivo. Y comenzamos el año 2026 con nuevos proyectos industriales llamando a nuestras puertas y encarando la recta final del nuevo Museo de Prehistoria, el centro asociado del Reina Sofía y el proyecto Faro Santander, que nos van a convertir en un referente europeo del turismo cultural. Cantabria no puede detenerse. Todo lo contrario, quiere pisar el acelerador, pero para poder ir más rápido y llegar más lejos necesita un Gobierno de la nación que respete a los cántabros y no nos quite lo que nos corresponde para pagar favores al independentismo.
Que tome decisiones y no frene inversiones estratégicas en nuestras infraestructuras de comunicación, lastrando nuestra competitividad, porque necesitamos urgentemente romper nuestro aislamiento con el resto de España y conectarnos con Europa. La Navidad es tiempo para la esperanza y los buenos deseos. Un buen momento para reivindicar la España de siempre, la España de los valores, la que no levanta muros, porque España necesita un horizonte de convivencia y no de división; un rumbo de eficacia y no de desgobierno; una ética del respeto y no del abuso de las instituciones. Y esta tierra se merece de su clase política un mensaje de esperanza y de voluntad constructiva, no de ruptura y desestabilización, porque una región dividida no avanza, no progresa ni resuelve bien sus problemas porque no genera confianza.
Yo deseo que la política cántabra se contagie del espíritu de la Navidad y vuelvan la buena voluntad, la serenidad y el sentido de región. Deseo que Cantabria vuelva a ser el propósito compartido. Y, además, soy optimista, porque estamos sembrando y toca empezar a recoger la primera cosecha, con grandes actuaciones públicas y privadas cada día más visibles. Planificamos, dialogamos, gestionamos y transformamos. Y eso funciona. Cantabria está cambiando y la confianza en nosotros mismos seguirá marcando nuestro rumbo.
La Navidad conmemora el origen de la cultura cristiana, los valores humanos que sustentan nuestra convivencia y el mensaje de fraternidad y solidaridad que debemos preservar. Nos acerca a las personas que sufren y necesitan ayuda, a las que no dejaremos solas.
Nos regala el encuentro con nuestras familias y nuestros seres queridos. Disfrutemos de él. Y nos recuerda especialmente a todos aquellos que trabajan para cuidarnos. ¡Gracias! Celebramos el milagro de la vida: el nacimiento no solo de Jesús, sino el renacer de la esperanza, el amor y un mundo mejor.
Queridas familias, os deseo una feliz Navidad, llena de amor y esperanza y que 2026 haga realidad vuestros sueños y deseos
Son días de felicidad, magia e ilusión, especialmente para los más pequeños. Que esa ilusión que tienen ellos sepamos conservarla nosotros, los mayores, a la hora de afrontar nuestros proyectos y decisiones, como ciudadanos de esta gran región y este gran país que compartimos.