Jueves Santo, momentos previos a la Pasión de Cristo, en el centro de la Semana Santa

Jueves Santo: «Jesús te pide que te dejes lavar los pies por Jesús»

«En el atardecer, la víspera de su pasión, Jesús se reunió con sus discípulos. Hoy nosotros hemos sido convocados por Él para vivir la
Cena del Señor. En él está nuestra salvación, vida y resurrección, por él hemos sido salvados y liberados. Hoy celebramos la institución de la
Eucaristía adelantando sacramentalmente la entrega hasta el extremo de Cristo. El mandamiento del amor va a dar sentido a nuestra forma de amar y especialmente hoy al sacerdocio ministerial que Dios nos regala en ese mismo momento. Jesús, el Señor, se nos hace presente en la mesa del altar de la que hoy no podemos participar directamente porque no podemos salir, pero si que nos unimos a la misa que nuestro sacerdote celebra en el día de hoy de una forma privada, sin gente. Vamos a ver en estos dibujos qué pasó en la ciudad de Jerusalem en un día como hoy. Esta oración en familia nos ayude a vivir más intensamente la retransmisión de la celebración litúrgica». Apunta la Diócesis de Santander.

Expresó cómo el Jueves «es la despedida o la permanencia permanente» del Señor y, desde los detalles del Evangelio de sentimientos, miradas, recuerdos… invitó a todos a reconocer el amor apasionado del Señor, interpelando a los asistentes: «¿Podemos resistirnos? ¿Seremos capaces de quedarnos al margen y no entrar en ese deseo de Jesús, de meternos de lleno en su corazón, apasionado de amor por entregarse por nosotros y demostrarnos con claridad, hasta el extremo, que nos ama?».

La pregunta sobre el sentido del gesto por excelencia del servicio total, del lavatorio: «Perdonadme, ¡Qué duros somos a veces para acercarnos al misterio y abrir el corazón! Es verdad que, con nuestras razones particulares, no sabríamos responder […] ¿Intentáis comprender que mi servicio es el deseo de que vosotros seáis servidores?».

Viviendo esa doble experiencia del corazón: «Primero abrid el corazón para experimentar ese amor apasionado de Jesús, para que tú escuches como en el Cenáculo. ¡Aquí se ama! ¡Así se ama! ¡Hasta el extremo! Tú eres amado hasta el extremo por Jesús. […]» La segunda experiencia: «Jesús te pide que te dejes lavar los pies por Jesús […] déjale hacer, porque es la expresión de servicio que Él quiere que quede grabada en nuestros corazones para que nosotros hagamos lo mismo. […] ¡Dejate amar!»

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