Jorge Mario Pedro Vargas Llosa (Arequipa, 28 de marzo de 1936 – Lima, 13 de abril de 2025), político y académico, nacido en Arequipa el 28 de marzo de 1936, murió en Lima a los 89 años, tras una vida que lo llevó a convertirse en uno de los innovadores de la novela realista, con una biografía política y literaria digna de sus mejores obras. Fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander el 7 de septiembre de 2016. El acto se realizó en el Paraninfo de las Llamas.
CRÓNICA DEL 8 DE SEPTIEMBRE DE 2016, DESDE LA UNIVERSIDAD INTERNACIONAL MENÉNDEZ PELAYO DE SANTANDER
El escritor peruano Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936) fue investido ayer doctor honoris causa por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander (España). Fue en una emotiva ceremonia presidida por el rector de la institución, César Nombela, y que contó con la asistencia de Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, y del alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, entre otras personalidades. El Premio Nobel de Literatura 2010 agradeció a la UIMP y recordó que en ella tuvo la oportunidad de participar, en 1991, en un seminario de homenaje a Karl Popper, “pensador por el que tengo una gran admiración y cuyas ideas han marcado profundamente mis convicciones cívicas y políticas”.
Vargas Llosa reflexionó sobre la vida del filósofo austriaco, quien afirmaba que el espíritu crítico es una de las cualidades más importantes en una sociedad: “Ese espíritu crítico nos permite aprender de nuestros errores y convertir las mentiras en verdades y las verdades deficientes en verdades operativas” precisó. Otra de las cualidades imprescindibles, según Popper, es el optimismo. MVLL recordó que alguna vez le preguntaron al filósofo cómo se puede ser optimista en una época en la que el terrorismo hace estragos y la pobreza está a la orden del día. La respuesta fue: “Es verdad, el mundo está mal hecho, a nuestro alrededor hay demasiado sufrimiento y dolor, pero cuando nos asalten estas ideas no nos dejemos desmoralizar, y recordemos que en esa larga historia de la humanidad nunca hemos estado mejor que en nuestros días”. Por supuesto, Popper se refería a los modernos instrumentos científicos, tecnológicos y sociológicos y políticos con los que actualmente se “combaten eficazmente los demonios de la enfermedad, el hambre o la pobreza”.
El escritor peruano aprovechó la ocasión para reflexionar sobre otros temas, como el compromiso del escritor con la vida pública, lo que antes se solía llamar “literatura comprometida”. MVLL lamentó que ese compromiso haya casi desaparecido entre la nueva generación de escritores: “Muchos escritores se han separado de la vida pública y hasta sienten cierto desprecio por la política. Pero yo creo que el escritor siempre debe estar en ese ámbito, no puede estar aislado como Proust, que mandó forrar las paredes con corcho para que no le llegara ningún ruido exterior. Esa imagen me produce espanto”. Además subrayó su experiencia personal: “Yo nací con esa idea del escritor (comprometido), pues cuando comencé a escribir había dictaduras a diestra y siniestra”. Y también la importancia que, por eso, ha tenido el periodismo en su vida: “Para mí el periodismo es una manera de estar siempre insertado en la realidad”.
Como se sabe, MVLL es autor del libro de ensayos La civilización del espectáculo, en el que critica duramente toda la frivolidad imperante hoy en los medios de comunicación masivos. Paradójicamente, el romance del escritor con la “celebridad” Isabel Preysler lo ha puesto en el centro de atención de la llamada “prensa del corazón”. Preguntado sobre este tema, el escritor contestó: “No ha sido una elección mía. Pero hay que llevarlo con espíritu deportivo. La prensa chismográfica ha ganado terreno a la llamada prensa seria. Hay que sobrevivir sin darle mayor importancia”. Pero remarcó que “mi vena literaria es lo fundamental en mi vida, mi vocación. Lo demás es por añadidura”.