Queda un último partido en Bilbao, y después, la Final Four, el gran objetivo
Este sábado 12 de abril, el pabellón de Renedo vivió una tarde de emociones intensas con el último partido de la temporada en casa para BSR Cantabria. El equipo cántabro se enfrentó a Zuzenak en un encuentro que combinó táctica, contacto físico y mucho corazón. El marcador final, 38-50, no refleja por completo el esfuerzo que se vivió en la pista, en un partido donde cada posesión fue una batalla.
Con unos 300 espectadores en las gradas el público acompañó, animó y empujó al equipo en cada acción. El primer cuarto comenzó con gran intensidad. Zuzenak propuso una defensa presionante desde el primer minuto, intentando cortar el ritmo del equipo local. BSR Cantabria respondió tratando de aprovechar cada oportunidad de tiro. Fue un periodo muy físico, con contacto constante en cada jugada, donde la defensa fue protagonista. El parcial terminó 7-12, dejando claro que iba a ser un partido largo y duro.
El segundo cuarto mantuvo la misma tónica. El ritmo no bajó, y el cuerpo técnico local ajustó defensas y rotaciones para igualar la actividad del rival. Hubo buenas acciones colectivas, bloqueos bien ejecutados. Cada ataque fue trabajado, y aunque Zuzenak mantenía la ventaja, la diferencia era mínima. Al descanso, el marcador era de 19-26, pero la sensación era que todo seguía en juego. La grada empujaba, el equipo creía, y la lucha estaba abierta.
Tras el paso por vestuarios, llegó el cuarto más complicado del encuentro. Zuzenak salió con una marcha más, acelerando en ataque y subiendo líneas defensivas. BSR Cantabria se vio superado durante algunos minutos, acumulando pérdidas y teniendo dificultades para romper la defensa. A pesar del esfuerzo defensivo, el parcial fue de 9-18, y esa brecha comenzó a marcar el desarrollo del partido. Aun así, el equipo no perdió la fe, sabiendo que quedaba un cuarto entero por jugar.
El último periodo fue una demostración de orgullo. BSR Cantabria salió con todo, presionando, luchando cada rebote y forzando errores del rival. Se vivieron los mejores minutos del equipo en el partido: defensa sólida, ayudas constantes y una actitud ejemplar. El parcial de 10-6 reflejó esa mejora y el empuje del equipo, que lo dio todo hasta el último segundo. No se logró la remontada.
Con este encuentro se cierra la etapa en casa esta temporada. Ha sido un camino de crecimiento, de aprendizaje y de unión. Queda un último partido en Bilbao, y después, la Final Four, el gran objetivo. BSR Cantabria llega a este tramo final con ilusión, con convicción y con la fuerza de un equipo que no se rinde. El trabajo está hecho, el camino está claro, y la meta está más cerca que nunca.
Este equipo ha demostrado que puede competir contra cualquiera, que lucha hasta el final y que lleva con orgullo el nombre de Cantabria en cada pista. La temporada aún no ha terminado. Lo mejor está por venir.