«La salud mental debe de ser uno de los nuevos pilares de las futuras políticas sanitarias», «la profesión médica española es hoy más fuerte y cuenta con mayor prestigio en Europa y en el mundo»
El pasado enero, el Dr. Tomás Cobo renovó su mandato al frente de la Organización Médica Colegial tras ser proclamado candidato único a la presidencia, un hecho que refuerza la confianza que la profesión médica ha depositado en el anestesiólogo desde 2021, cuando llegó al cargo. Tras 1400 días de trabajo, hace balance de este periodo y aborda sus planes de futuro para el próximo mandato. También han reforzado la presencia en Europa y en el mundo, “poniendo énfasis en la cualificación de la profesión médica española”.
¿Qué balance hace de estos cuatro años al frente de la OMC?
A nivel personal, ha sido una experiencia plenamente exigente, pero también satisfactoria. Es un absoluto honor poder liderar una profesión, la Medicina, que además de ser la más bonita del mundo impacta de manera tan directa en el bienestar de cada persona y de la sociedad en su conjunto. Desde el inicio, en los difíciles tiempos de pandemia, quise que la organización se transformara en todos los ámbitos posibles para que sociedad y médicos pudieran definirla como “de ayuda y utilidad” y creo que hemos dado importantes pasos en este sentido. Me siento especialmente orgulloso de haber liderado la aprobación del nuevo Código de Deontología, que ahora cumple dos años, y al que siempre me refiero como el ventrículo izquierdo de esta organización. Este texto nos guía en el ejercicio de nuestra profesión para garantizar los mejores estándares y la mejor calidad de asistencia para nuestros pacientes, eje de nuestra actividad, a través de un documento a la vanguardia del mundo. Este Código es y debe de ser motivo de orgullo de todos los que formamos la Organización Médica Colegial.Durante estos años, junto al gran equipo que me acompaña en la Comisión Permanente, hemos impulsado la formación médica continuada a través de la FFOMC; la acreditación de la formación con criterios comunes en toda Europa, a través del histórico convenio con la UEMS y el Ministerio de Sanidad; la protección de nuestros compañeros y sus familias en situaciones de vulnerabilidad a través de la FPSOMC; hemos extendido el PAIME a otras profesiones; hemos ayudado a los compañeros voluntarios y cooperantes a través de FCOMCI; hemos creado un servicio de atención psicológica para estudiantes de Medicina; la Alianza Médica Contra el Cambio Climático; un nuevo grupo de trabajo sobre Medicina Personalizada de Precisión y el Foro de Médicos en Ejercicio Privado para promover soluciones que engloben a todos. Todo ello, reitero, con el fin de cumplir con nuestros deberes estatutarios y deontológicos de la manera más eficaz para ser realmente “útiles y de ayuda” y una institución moderna incrustada en el siglo XXI.
¿Qué retos tiene para la próxima legislatura?
Ser aún más eficaces y contribuir de manera más intensa al sostenimiento del modelo sanitario que tenemos en nuestro país, potenciando el papel y liderazgo de la profesión médica en la sanidad. La OMC debe y puede responder a este enorme desafío. Por ello, vamos a poner en marcha estudios de demografía médica que puedan servir de base para una mejor planificación de los recursos humanos en nuestro país, acción que enlaza con el trabajo que estamos haciendo con el Ministerio de Sanidad en el Registro de Profesionales Sanitarios, para tener una información seria y fidedigna que nos permita planificar mejor el futuro. A nivel más interno, estamos trabajando en la aprobación de nuevos estatutos que, al igual que el Código Deontológico, adecúe la Corporación a los tiempos y retos actuales y la sitúen a la vanguardia de las organizaciones profesionales sanitarias no solo en España sino en Europa.
Otro proyecto destacado en el que ya estamos inmersos es la lucha contra la desinformación en salud, una batalla que queremos enarbolar, porque en materia de información sanitaria la profesión médica es la mayor referencia. Tenemos que lograr que profesionales y pacientes, ante informaciones confusas o dudas, se planteen: ¿qué dice mi colegio de médicos?, ¿qué dice mi médico?
Otro proyecto muy relevante que quiero señalar es el que llevaremos a cabo de la mano de Unión Profesional y Red.es para formar a miles de médicos en competencias digitales, una iniciativa que enlaza de manera directa con nuestro plan de transformación digital. El estatuto marco, la tercera edición de la Escuela de la Profesión Médica, potenciar y apostar por la formación médica continuada, trabajar en la puesta en marcha de la Agencia Estatal de Salud Pública, etc. son otras líneas de trabajo que nos marcamos para los próximos meses. En definitiva, hay mucho trabajo por delante con el que estamos plenamente comprometidos.
¿Cómo ha sido su interlocución con la Administración durante estos años?
Actualmente, la OMC goza de excelente relación con todas las administraciones implicadas en sanidad, desde el Ministerio de Sanidad a las consejerías de salud de las comunidades autónomas, las comisiones de sanidad de Congreso y Senado, la industria farmacéutica, los sindicatos, sociedades científicas, agrupaciones de pacientes, etc. Esta circunstancia, que lleva detrás mucho trabajo, nos sitúa como actor clave para impulsar, influir y ser motor de cambio en todas las reformas, políticas y estrategias que debemos de poner en marcha.
¿Qué valores o principios han guiado su liderazgo al frente de la Organización Médica Colegial?
He intentado llevar a cabo mi responsabilidad con base en tres pilares fundamentales: la ética y el profesionalismo, la defensa de la profesión médica y el compromiso con los pacientes. La ética ha sido el faro, especialmente en momentos de polarización social y política, donde era imprescindible mantenernos firmes en la defensa de los valores de la profesión, alejándonos de intereses partidistas. Además, he buscado siempre fomentar el diálogo, la escucha activa y la colaboración entre instituciones, colegiados y otros agentes del ámbito sanitario, convencido de que solo desde la unidad y el consenso podemos enfrentar los retos que afectan a la profesión y a la sociedad.
Por último, la vocación de servicio ha sido el motor de mi mandato, porque así entiendo mi profesión: ser médico. He trabajado con la firme convicción de que nuestra responsabilidad trasciende a la defensa de los médicos; nuestro objetivo último es garantizar una sanidad de calidad, sostenible y equitativa para todos, una sanidad que ejerza de garante de la justicia social en nuestro país. Aquí, enlazando con el valor del trabajo en equipo, me gustaría hacer mención de mis compañeros de viaje: la Asamblea General y, por supuesto, la Comisión Permanente, un grupo de excelentes personas y profesionales sin los cuales no hubiera podido llevar cabo esta labor. Tengo que dar las gracias a Maribel, Rosa, Chema, Enrique, Virginia y Manuela por su apoyo profesional y personal, sus ideas, su empuje y el compromiso compartido con la profesión y, lo principal: los pacientes. También quiero agradecer la inestimable ayuda de los expresidentes de la Corporación, Juanjo Rodríguez Sendín y Serafín Romero, quienes, junto al presidente de la Comisión de Ética y Deontología, José M.ª Domínguez, han sido claves en este camino.
Usted ha reforzado el papel de la OMC en el ámbito internacional. ¿Qué alianzas estratégicas se han forjado durante su mandato y qué avances se han logrado?
Desde el punto de vista del liderazgo de la medicina española en Europa, hemos logrado importantes hitos que han permitido posicionar a la profesión médica española como referente en ámbitos tan relevantes como la lucha contra el cambio climático, la igualdad entre hombres y mujeres en la profesión, la ética médica o los trasplantes. Un ejemplo de ello es la creación de la Federación Temática Green & Sustainable Medical Practice en el marco de la Unión Europea de Médicos Especialistas (UEMS), un proyecto liderado por España que ha sentado las bases para incorporar criterios de sostenibilidad en la práctica médica a nivel europeo.
Además, en la actualidad, distintos compañeros españoles están al frente de la European Junior Doctors, u ostentan la vicepresidencia de entidades médicas europeas, como la Unión Europea de Médicos Generales y de Familia (UEMO) y también la Unión Europea de Médicos Especialistas (UEMS), que yo mismo tengo el honor de ocupar. Estamos convencidos de que la profesión tiene que trabajar y avanzar en un entorno europeo con unos estándares comunes en materia de competencias y acreditación que garanticen la calidad de la asistencia sanitaria en cualquier país del continente y facilite la movilidad de los profesionales.
Durante estos cuatro años hemos fortalecido alianzas con organizaciones sanitarias de América Latina y promovido el intercambio de experiencias en temas como la formación médica continuada, la cooperación en salud y la defensa de los derechos de los profesionales sanitarios en contextos vulnerables. Uno de esos intercambios fue en Santander en la reciente Asamblea General de CONFEMEL en 2024. En definitiva, la profesión médica española es hoy más fuerte y cuenta con mayor prestigio en Europa y en el mundo. Estamos a la vanguardia mundial y esto es fruto de toda la familia médica, pero sería imposible sin el papel clave de los colegios de médicos.
¿Qué reformas legales considera necesarias poner en marcha a corto plazo?
Hay distintas normativas que se deben reformar para poder modernizar el Sistema Nacional de Salud, hacerlo sostenible y adecuarlo a los cambios de las últimas décadas a todos los niveles. El Estatuto Marco se ha quedado anticuado y necesita una reforma, en la que es fundamental incluir el papel de los colegios de médicos. También es necesario revisar la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias y la Ley de Autonomía del Paciente, bases de nuestro modelo, que tiene como “casco del barco” la Ley General de Sanidad de 1986. Es hora de mirar hacia delante.
¿Qué retos tiene la sanidad española para los próximos años?
Nos encontramos en un momento crucial para la salud nacional, una encrucijada que debemos de enfrentar con determinación, trabajo y optimismo. Desde la Organización Médica Colegial estamos plenamente convencidos de la necesidad de poner en marcha grandes reformas que permitan reconstruir nuestro sistema sanitario para mantener un modelo público, universal y gratuito, que siga siendo el pilar del estado de bienestar de la sociedad española. Lo ideal sería hacerlo a través de un pacto por la sanidad que agrupe a todas las fuerzas políticas, industria farmacéutica, profesionales, pacientes, en definitiva, todos los actores que conformamos el entorno sanitario. Es algo difícil, pero posible y absolutamente necesario.
Implementación de medidas para lograr la sostenibilidad
Es el momento, incluso vamos tarde, de actuar. Tenemos que asegurar la sostenibilidad a medio y largo plazo del Sistema Nacional de Salud (SNS) porque nos jugamos demasiado. Llevamos años haciendo diagnósticos y análisis. Ahora debemos pasar a la fase de la implementación, hay que poner en marcha las medidas planteadas, especialmente aquellas generadas entre todos y por consenso, como el Dictamen de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados, donde la OMC aportó 47 medidas. No podemos permitir que nuestra sanidad, nuestro orgullo nacional, se desintegre y pierda su valor como base de la cohesión de nuestro país, supondría una quiebra irreparable.
Entre las muchas acciones que se deben de poner en marcha, una que puede ser determinante es la activación de la Agencia Estatal de Salud Pública, porque va a aportar un enfoque basado en la evidencia y fuera de polarizaciones políticas a las estrategias de salud en nuestro país. Potenciar la colaboración entre los sectores social y sanitario para ofrecer una atención integral a los pacientes, incluir el enfoque One Health en todas las políticas de salud; promover la convergencia de servicios de atención primaria y hospitalaria para optimizar la calidad de la atención médica, apostar e invertir de manera decidida por la Atención Primaria o una nueva ley de publicidad sanitaria deben de ser cuestiones también prioritarias.
Ha mencionado la necesidad de una ley de publicidad sanitaria. En los últimos años, la OMC ha sido muy beligerante contra las pseudoterapias, advirtiendo de sus peligros. ¿Es un riesgo para la salud pública?
Sin duda alguna. El Observatorio contra las pseudociencias, pseudoterapias, intrusismo y otras sectas sanitarias (OPPISS) ha multiplicado su actividad en los últimos años para hacer frente a la lacra de la desinformación en salud, un fenómeno que se ha convertido durante la última década en una gran amenaza para la salud de los ciudadanos.
Por eso, en cumplimiento de nuestro deber estatutario de proteger los intereses de la ciudadanía y en cumplimiento de nuestro Código Deontológico de velar por la buena praxis, vamos a continuar trabajando para combatir este grave problema que pone en riesgo la salud y la vida de las personas. No podemos dar ninguna oportunidad a los que se aprovechan de la desesperanza de los enfermos. Desde el OPPISS trabajamos para promover la formación y educación en salud de la mano de otras profesiones, asociaciones de pacientes, medios de comunicación y entidades verificadoras de información y lo hacemos creando sinergias con las instituciones referentes en ciencia en nuestro país. El compromiso de la OMC con la ciencia y la medicina basada en la evidencia en inquebrantable.
La pandemia puso en la diana la necesidad de trabajar más en el ámbito de la salud mental. ¿Qué se ha hecho desde la profesión médica en este sentido?
Efectivamente, la pandemia ha sido un punto de inflexión y el Ministerio de Sanidad ha dado importantes pasos en esta dirección, pero hay que seguir. Debemos de ser conscientes de que al priorizar la salud mental se fomenta un entorno en el que la prevención, el acceso a tratamientos adecuados y el apoyo comunitario se convierten en pilares fundamentales.
En este campo, la profesión médica ha sido precursora en España y Europa del cuidado de la salud mental con el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME), una herramienta de éxito internacional e interprofesional, creada, impulsada y desarrollada por los colegios de médicos. Me siento orgulloso no solo de mantener e impulsar este programa, sino de haberlo expandido a otras profesiones sanitarias, como Enfermería, Farmacia, Veterinaria y Dentistas. Este paso hacia delante demuestra nuestro compromiso con la salud de todos, con la seguridad del paciente y, por supuesto, la calidad del programa.
Además, gracias a la colaboración e interlocución directa con la comisionada de Salud Mental del Ministerio de Sanidad, este programa va a formar parte de la estrategia nacional de salud mental que va a poner en marcha el Gobierno de España. Creo que estas acciones demuestran la implicación de esta Organización en el cuidado de la salud de nuestros compañeros, entendida también como una garantía para los pacientes, porque quienes les atienden están en las condiciones óptimas para ello. La salud mental debe de ser uno de los nuevos pilares de las futuras políticas sanitarias, porque no solo mejora la calidad de vida de los individuos afectados, sino que también contribuye a la reducción de la carga económica y social asociada a estas condiciones.
El cambio climático es una amenaza real para nuestra salud?
Podemos decir que es la principal amenaza que se cierne sobre la salud a nivel global. En este tema, la OMC no va a ser solo un actor más, sino que queremos seguir liderando esta línea de acción en favor de la salud global. Y aquí, de nuevo, podemos hablar de hechos consumados. La Alianza Médica Contra el Cambio Climático (AMCC), impulsada por esta casa desde mi llegada, ha logrado aunar a la comunidad médica y científica en una lucha que es irrenunciable e innegable no solo en España, sino en Europa. Tal es nuestro compromiso en este sentido que hemos promovido la creación de una federación temática en la Unión Europea de Médicos Especialistas (UEMS), que además está presidida por un médico español, y dedicamos el último Congreso de Cooperación Internacional a este asunto. En este punto, es necesario recalcar a todas las administraciones y gestores que las políticas de salud deben concebirse bajo el enfoque One Health y contemplando la colaboración interdisciplinaria entre profesionales de la salud humana, veterinaria y ambiental. Solo así podremos comprender y abordar las enfermedades y gestionar las amenazas ambientales. Este es un problema global y el compromiso nos alude a todos.
¿Qué está pasando en Atención Primaria y cuál es la solución?
La situación de la AP y sus profesionales es una de las grandes quiebras que tiene el sistema sanitario. Esto requiere un ambicioso plan y una importante transformación que debe comenzar en el Grado de Medicina, ya que no hay ni una sola asignatura que se dedique a explicar lo que es la Medicina de Familia y Comunitaria. Todas las asignaturas van dirigidas a la atención hospitalaria y lo normal es que los alumnos, finalmente, se enfoquen por ahí. Es una solución tardía, porque hasta que se generen vocaciones en ese entorno se tardan años, pero debe de ser una línea estratégica a largo plazo. Para hacer atractiva la especialidad se deben de atajar las tres grandes quiebras, en general, del sistema. Una es la de la estabilidad profesional, la precariedad; otra, la falta de tiempo para la formación médica continuada; y la última, el modelo retributivo que sigue siendo escaso comparado con Europa.
También en esta propuesta de cambio de paradigma es importante que se hable un poco más de salud y menos de enfermedad y educar más en salud a la ciudadanía. El modelo de primaria que tenemos en España es un modelo muy potente, no es la puerta de entrada, sino que es el pilar realmente de lo que debe de ser la puerta. Respecto a la falta de especialistas, hacen falta unidades docentes y formar a más especialistas, pero para eso debemos tener profesionales suficientes que estén preparados para formar.
Por primera vez un médico preside Unión Profesional. ¿Por qué este salto y qué puede aportar usted a esta asociación que representa a 1,8 millones de profesionales?
Las profesiones sanitarias representamos a más de la mitad de esta organización, con más de cuarenta años de historia y consideraba que era hora de dar un nuevo paso al frente en un momento especialmente complejo a nivel político y social en nuestro país. Las profesiones sanitarias somos uno de los grandes ejes del estado del bienestar y de la justicia social en nuestro país, somos profesiones comprometidas en el cuidado a los demás y baluarte en la defensa de los servicios públicos, labor que desarrollamos siempre bajo unos principios vocaciones basados en la ética y la deontología. Estamos en un contexto social y profesional especialmente complejo y desafiante, que exige liderazgos sólidos, una visión ética y un compromiso inquebrantable con los valores fundamentales que se aleje de la polarización política. Creo firmemente que este es un tiempo en el que la ética, seña de identidad de la profesión médica, debe prevalecer sobre los intereses partidistas o individuales, y en el que los valores como la solidaridad, la justicia y la transparencia deben guiar nuestras decisiones.
Tenemos que devolver a la ciudadanía una visión positiva y constructiva de las profesiones colegiadas. Nuestro deber es trabajar por una sociedad más cohesionada, en la que las diferencias políticas o ideológicas no sean un obstáculo para construir consensos en cuestiones esenciales como la salud, la educación y los derechos humanos. Por eso, asumo este cargo con la responsabilidad y la determinación de contribuir a este propósito, convencido de que podemos marcar la diferencia en un momento histórico que nos desafía, pero que también nos ofrece la oportunidad única de fortalecer los valores que nos unen como sociedad.
Además, nos encontramos en un momento muy relevante para Unión Profesional por los dos macroproyectos que debemos liderar e implementar, como son el programa formativo en competencias digitales con Red.es y el proyecto de Identidad Digital Europea.
FUENTE: COLEGIO OFICIAL DE MÉDICOS DE CANTABRIA.