Sir Simon Rattle: «Quien no conozca ‘La gran fuga’ siempre se va a impresionar y le va a parecer algo nuevo»

El director de la London Simphony Orchestra, Sir Simon Rattle, siempre ha valorado la amplitud y variedad de repertorios, al considerar que es «una cosa buena y muy curiosa», pero nunca ha interpretado obras o músicos a los que no «amase».

«Siempre hago cosas diferentes, pero siempre cosas que amo«, ha asegurado este lunes en la capital cántabra, donde se encuentra con motivo de la participación, por segundo año, de la orquesta que dirige en el Festival Internacional de Santander (FIS), para interpretar lo que ha denominado como «repertorio de tapas», con piezas de Haydn, Britten, Rachmaninov, Adams o Brahms.

De este último, y en una rueda de prensa en la que ha estado acompañado por el director del FIS, Jaime Martín, Sir Simon Rattle ha destacado la «enorme dificultad» que supone interpretar las obras del pianista y compositor alemán, por lo que tocar su música equivale a «tocar el cielo», ha comparado.

«Solo hay que recordarle a la orquesta que tenga cuidado con los rascacielos y no suba muy alto», ha apuntado el director de la Sinfónica de Londres que, como ha adelantado el responsable del FIS, regresará el próximo verano a Santander para llevar a cabo dos programas. Rattle se ha mostrado «encantado» de esta colaboración, que considera una «maravillosa sorpresa». «No me podía imaginar mejor manera de empezar la temporada», ha enfatizado.

Por lo pronto, y en relación con la participación en el Festival de este año, el director ha confesado que cuando recibió las partituras de Adams -cuyas piezas también interpretará en el Palacio de Festivales- le preguntó cómo dirigir sus obras, y ha desvelado que aún las conserva, con «las notas originales».

A propósito de este autor estadounidense, el británico ha aplaudido que en la actualidad se haya «ampliado» la idea acerca de cómo debía sonar la música contemporánea, hasta el punto de que ahora hay más variaciones que antes, y se incluyen autores que en épocas anteriores no se hubieran mezclado.

«Me encantan Elliot Carter y Admas. Son contrapuestos y se odiaban, pero a mí me gustan los dos», ha puesto como ejemplo Rattle, que a lo largo de su carrera profesional también ha dirigido la Orquesta Sinfónica de Birmingham y la Filarmónica de Berlín, además de la de Londres, lo que ha sido una «mezcla fascinante».

«Cada uno aporta su lado y los músicos ingleses hicieron a los alemanes más precisos, pero los berlineses hicieron que los ingleses fueran más libres y eso es lo fascinante y lo divertido», ha opinado.

De su labor como director frente a los músicos ha señalado que pasa por dejar a un lado el concepto de «precisión como perfección» y buscar «otras perfecciones». «Mi trabajo es enredarles un poco, porque las orquestas están concentradas en ser precisas e intensas pero a veces hay que intentar hacer algo más peligroso», ha apuntado.

El director de la London Symphony Orquestra ha destacado que los músicos que la componen son «muy curiosos y les encanta experimentar«. «Tienen tantas posibilidades que eso les permite tocar muchos estilos», ha apostillado.

En línea con lo anterior, ha valorado que al tiempo que ellos pueden interpretar «multitud» de estilos y compositores diferentes, la audiencia actual también es «más generosa» en el sentido de que está abierta a más estilos.

A este respecto, a propósito de la música moderna, Rattle ha aplaudido que las nuevas generaciones interpretan las piezas «unas cuantas veces» y, a su juicio, esto «hace que se vuelva más fácil». No obstante, ha recordado que lo moderno también tiene fecha de caducidad y lo es solo durante «un tiempo determinado».

Pero también ha puesto en valor a compositores clásicos como Beethoven, por su capacidad de hacer obras que parecen novedosas con cada interpretación: «Quien no conozca ‘La gran fuga’ siempre se va a impresionar y le va a parecer algo nuevo«.

En otro orden de cosas Rattle se ha referido también a la composición y grabación de bandas sonoras cinematográficas, que a su juicio «no es algo menor». Es más, lo considera «una manera de ensayar» para las orquestas debido a la «rapidez» y la «disciplina» que exige esta disciplina.

BREXIT

Por otro lado, y preguntado por cómo va a afectar el ‘Brexit’ a la música clásica en general y a las distintas orquestas europeas en particular, el director de la Sinfónica de Londres cree que «seguramente afecte» la salida del Reino Unido de la Unión Europea, y que, en todo caso, este hecho «no va a hacer las cosas fáciles ni mejores».

«Lo haremos funcionar porque siempre lo hacemos, pero es como si te pegas un tiro en las dos piernas y te preguntas por qué es tan difícil andar», ha comparado al respecto para finalizar.

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